Annerys y Prisilla, las decanas de la selección de voleibol
Son las únicas que quedan del equipo que obtuvo el oro en los Panam 2003
Brayelin Martínez no había cumplido dos años y su hermana Jineiry aun no había nacido cuando Annerys Vargas Valdez fue llamada en 1998 para que formara parte de la selección nacional por el entonces entrenador Jorge Pérez Vento.
Ambas son hoy compañeras de la veterana centro de 6’4 de estatura, quien desde entonces ha vestido el uniforme tricolor.
Ella y la salidora Prisilla Rivera son las únicas que permanecen del grupo que conquistó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos del 2003.
“Eso dice mucho. Se mantienen en buen nivel porque siempre están jugando y entrenando. Las necesitamos mucho”, afirma Marcos Kwiek, el entrenador brasileiro en un fluido español que acompaña con el invariable acento de su país.
Brayelin, de 19 años y 6’6 de estatura, es el nuevo techo del equipo, y Jineiry, de 17, es la central de mayor proyección del Proyecto Nacional de Selecciones Femeninas.
Un par de consejeras para las nuevas generaciones “Me siento muy orgullosa de mí porque pensé que era imposible estar con ellas en un mismo equipo”, manifiesta la mayor de las Martínez.
Expresa que tenerlas ahora como compañeras ha resultado muy provechoso para su ascendente carrera por el apoyo y buenos consejos que le dan.
“Son dos jugadoras veteranas, con mucha experiencia y coraje”, puntualiza sobre Annerys y Prisilla. La primera tiene 276 partidos internacionales a cuesta y la segunda 158.
El tiempo no ha diezmado la calidad ni la pasión que mucho tiempo después sienten las dos cuando están sudando la franela en una cancha.
Pasión y disciplina Para Annerys eso ha sido clave, así como la disciplina, lo cual le lleva a pasar muchas horas en el gimnasio y a limitarse de muchos placeres.
“Hay que pensar que uno vive de su cuerpo y que tiene que mantenerse físicamente bien”, declara este producto del Club Simón Bolívar, quien el ocho de agosto próximo cumplirá 35 años de edad.
“Es muy difícil que esté en la calle tarde en la noche. Si salgo es a un restaurant a tomarse una copa de vino”, apunta una de las centrales titulares del conjunto, quien ha logrado fama y fortuna a través del voleibol.
RETIRO....? VISTA PUESTA EN JAPÓN 2020 En el umbral de un ciclo olímpico tanto ella como Prisilla, de 31 años, tienen la vista puesta en Japón 2020, pero solo sí pueden seguir aportando a la causa. Las dos acudieron a la cita de Atenas (2004) y Londres (2012).
“Vamos a ver...todo depende de Dios. Lo que Dios quiera eso será”, señala Annerys, consciente de que la salud y el destino muchas veces también toman parte en el juego de la vida. “No quiero irme (retirarse) sin intentarlo. Si el cuerpo responde y entiendo que puedo aportar, que puedo ser útil seguiré”, aclara Prisilla, quien en el 2001, a los 14 años, marcó un hito al convertirse en la primera voleibolista en formar parte de la selección infantil, juvenil y de mayores de República Dominicana.
Prisilla y Annerys tienen en común también que han jugado como refuerzo en España y Puerto Rico y otras naciones.
Coinciden en señalar que la memorable medalla de oro conquistada por el país en los Panamericanos “Santo Domingo 2003” ha sido la que más atesoran. “Tengo tantas satisfacciones que es injusto mencionar una, pero los Panamericanos me marcaron no solamente porque los ganamos y no solo porque fue aquí, sino porque ese año tuve a mi hija”, resalta. “O sea, en febrero tuve a mi hija y pude jugar”, indica “Pris”, como le dicen sus compañeras.