“Mi madre es una campeona”

Aun cuando su madre estaba radicalmente opuesta a que practicara deportes rudo y por ella eso vino a darse cuenta cuando ya tenía un campeón en la casa, Luisito Pie no vacila en considerarla como la persona más importante de s ascendente carrera.

No obstante, cuando Marisol Pie vio que el mayor de sus cinco hijos comenzó a ganar lauros en el tátami, a ser conocido, a salir en los diarios, que era un hecho irreversible, cambió de opinión y sin pensarlo procedió a dar de los pocos recursos conseguidos para que continuara hacia adelante.

“Nosotros somos muy pobre y hago lo humanamente posible para que mis hijos puedan ser alguien en la vida”, manifiesta Marisol, una humilde mujer que se ha pasado la vida lavando, planchando y realizando otras duras faenas para poder sobrevivir.

“Mi madre es una campeona”, resalta Luisito, de 22años, en entrevista concedida en su hogar de la calle Flor Hermosa, del empobrecido sector Las Flores, de aquí.

En realidad, el espigado atleta --que durante algunos meses hizo pininos en atletismo, pero posteriormente cambió para el taekwondo a instancia de algunos amigos que lo practicaban-- incursionó en el deporte en el 201 2con la modesta intención de conseguir “engancharse” en la Policía Nacional o en cualquiera de las instituciones militares.

Su hermano Bernardo, un año menor, siguió sus pasos y hoy es el campeón nacional de los 63 kilogramos.

Esto implicó un doble gasto porque a los dos había que buscarle dinero de donde no había para que pudieran trasladarse al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte a los fines de practicar y competir.

“Los mayores sacrificios lo tuvo que hacer ella”, considera Luisito sobre su progenitora.

“Esa es la mayor motivación que tenemos nosotros para seguir esforzándonos y llegar lo más lejos que podamos”, destaca el medallista de plata de los Juegos Panamericanos de Toronto y una de las principales esperanzas que tiene República Dominicana de conseguir una presea en los Juegos Olímpicos de Río.

Luisito también le confiere mucho crédito a su padrastro Euclides Reyes, un pequeño comerciante que como Marisol hace tiempo que abrazó el cristianismo.

Del sagrado vientre de Marisol, también han salido Cristopher, de 15 años Jaime, de 13, y Moisés, de ocho, los tres procreados con Euclides, cuya complicidad y apoyo resultaron vitales en el inicio y desarrollo de las carreras de Luisito, Bernardo y los tres pequeños.

Christopher es el campeón juvenil de la especialidad.

Jaime es desde principio de año el monarca cadete y Moisés, con nombre bíblico, ya ha comenzado a mostrar excelentes cualidades también y viene en camino.