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LA CRÓNICA DE LOS MARTES

Algunas gráficas de ayer y hoy

No debemos confundirnos Últimamente hemos leído escritos en los periódicos donde señalan que el nombre del equipo “LICEY” proviene de un río de ese nombre entre Moca y Santiago, y eso no es verdad. La historia no debe tergiversarse, buena o mala, se acepta tal como es.

Nosotros los historiadores deportivos nos cuidamos de llevar al público lo ocurrido en el deporte a nivel veraz y para ello tenemos que buscar y rebuscar antes de darlo a publicidad. Todos estamos supuestos a cometer errores, pero probablemente somos los menos, por la intensa búsqueda que tenemos que realizar constantemente. No sabemos de dónde partió la versión de que el nombre del equipo Licey se debía a un arroyuelo de ese nombre entre Moca y Santiago. Este decir es incorrecto.

Nosotros conversamos a su debido tiempo con personajes versados, tales como el venerable Pedro Julio Santana, Tirso Valdez, Bolo Vicioso, Enrique Santamaría, Miguel A. Peguero (Ph), Hostos Fiallo, Pilindo Bonetti Burgos, y Pedro Miguel Caratini, entre otros. Además, leímos los libros escritos por algunos de ellos y el de Natalio Redondo, y otros de la época, y haber indagado en el Archivo de la Nación, para entonces escribir en el libro “Los Tigres del Licey: 100 Años de Gloria”, al respecto del origen del nombre Licey. Esto dijimos: “En principio el nombre para el nuevo equipo no se pudo decidir, porque no se encontró una palabra de cinco letras que gustara a los fundadores. Se pensó en “Ideal”, que posee las cinco letras que se requerían para engalanar el que sería el flamante uniforme, pero el nombre no fue del agrado de la mayoría. Días después Francisco (Pancho) Fiallo, hermano de Luis Fiallo, quien residía en Moca, sugirió el nombre Licey, argumentando que existía un arroyuelo entre La Vega y Moca, que cuando llovía mucho se desbordaba, haciendo difícil su cruce, constituyendo entonces un peligro para los que trataban de cruzarlo a caballo, manera de viajar durante aquellos años iniciales del siglo veinte.

El pacífico Licey, corriendo entre el boscaje, lucía pintoresco, pero cuando sus aguas se hinchaban por las lluvias y torrenteras, se transformaba en bravío y respetable. En la casi ecológica proposición del nombre por Fiallo, se dijo luego que influyó el hecho personal de que Pancho tuvo un romance con una moza cibaeña que le hizo tomar cariño al lugar.

La palabra Licey es de origen indígena y significa “hombre valiente y osado”. Por otra parte, es bueno saber que Pancho Fiallo donde visitaba era a Moca a caballo, teniendo que pasar por La Vega, no por Santiago. En nuestro querido Santiago lo que existe es un pueblo de nombre Licey al Medio, no un riachuelo, y una sección que le llaman Licey Arriba. Es justo indicar que el arroyuelo entre Moca y La Vega llega a la provincia de Santiago convertido en río, pero Pancho no habló de Santiago, él aclaró que la corriente de agua era entre Moca y La Vega”.

No pensamos continuar escribiendo al respecto de esta confusión. Lean el libro de los 100 años del Licey o traten de hablar con Pancho Fiallo, el cual ya no reside en este mundo, y fue el autor del nombre Licey, a ese glorioso equipo dominicano.

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