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RECURSOS HUMANOS

De empleado a emprendedor

Hay empleados que dan el paso para independizarse financieramente llegando a facturar más de lo que ganaban salarialmente

Aunque hemos compartido los miedos o incertidumbres que genera ser su propio jefe, aun vemos a diario una serie de personas que tienen en su mente ser independiente financieramente, mientras que otro número importante de empleados quieren dar ese paso, no solo por independencia sino motivados por tantos dueños de empresas que con niveles básicos de educación alcanzan facturaciones sorprendentes, extremadamente sorprendentes.

Recientemente, compartí en una de las aulas las ideas básicas de cómo construir tu primera empresa y la verdad, que aun en ese escenario lleno por completo de estudiantes de grado y posgrados todavía veo en la mirada de las personas, esa necesidad de dar ese paso sin sentir ese miedo o vacío que pudiese generarse si las cosas no salen del todo bien. Cosa esta que nunca pasa.

Debido a esa necesidad, me atrevo a colaborar basado en nuestra experiencia personal y también la que hemos compartido con cientos de emprendedores que han confiado en nosotros en la última década. Contando que sea de su provecho y que, ante cualquier duda, nos puedas escribir y con gusto te estaremos apoyando para que puedas convertirte de un empleado a un emprendedor:

1. Descubre y escribe tu propósito: tal vez es la tarea más difícil, el saber para qué nacimos y que objetivos debemos cumplir. Revisa con detenimiento eso que haces cada día y que te apasiona, de forma que una vez lo tengas claro puedas escribirlo y vivirlo durante los próximos 20 años de vida. Aquí es que se genera la pasión de un emprendedor.

2. Analízate: después de tu pasión, descubre tus fortalezas naturales y tus habilidades, busca como combinar eso con la necesidad y preferencias de alguien que esté dispuesto a pagar por ellas. Existen tres fórmulas para ser exitosos: saber mucho de algo, tener habilidades para negociar o conocer mejor a tu cliente que los demás. Lo mejor de esto, es combinar por lo menos dos de estas fórmulas con lo que eres en tu dimensión profesional.

3. Fomenta el ahorro para invertir: muchos confundimos el ahorro natural con el ahorro para emprender. Ambos deben ser distinto, ya que uno es parte de la seguridad -para garantizar tu estilo de vida al momento de emprender- y otro, el último y el más interesante, formará parte de tu actitud y del riesgo en los negocios. Si me preguntas, ahorra no menos del 30% del negocio que quieres emprender.

4. Cambia tus rutinas básicas: las ideas interesantes de negocios pueden surgir en cualquier momento y uno de ellos, es cuando cambiamos hábitos; como el de camino a casa luego del trabajo, para observar los negocios, publicidad y mercadeo de ese trayecto, cambio de lugares de entretenimiento u horarios de visitas a lugares que frecuentamos. Es en esos espacios de interacción que vamos a poder identificar oportunidades de negocios que vayan de acuerdo a nuestro propósito.

5. Vive lo inesperado: sin lugar a dudas una de las experiencias más energizantes. Sal hacia un destino donde tengas poco control o nada de lo que estas acostumbrado y registra esas actitudes personales con las que manejaste esos momentos. Mostrar flexibilidad es algo importante para que los proyectos se concreticen.

6. Rodearse de emprendedores: tu actitud cambia de forma positiva si percibes y recibes lo que se respira en ese ambiente. Necesitas empezar a conocer, reunirte y compartir con personas que ya han dado el paso, principalmente aquellos que tienen 1, 3 y 5 años que ya iniciaron el viaje.

7. Ponle número: todo proyecto para medirse debe tener métricas. Cuánto debo ahorrar, cuánto me cuesta el proyecto, cuánto es el gasto mensual para mantener mis operaciones, cuánto debo vender por mes, cuánto es mi punto de equilibrio, cuánto quiero crecer y cuántos clientes debo dejar satisfechos. La meta que hace el hábito de los números y que recomendamos una vez inicie es 30 clientes recurrentes en los primeros 90 días.

Esperamos que puedas apoyarte en nuestras ideas, si ya tienes algunas implementadas te felicitamos y deseamos que sigas perfeccionándolas. Cada una de ellas, es un espiral que nunca termina, al momento de cuidarlas siempre suben y hacen que seamos entes con mayor capacidad de aportar a la sociedad.

Siempre es bueno, en cada paso des, tener fe en que puedes lograr cada cosa que te propongas hacer.

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