¿El internet de las cosas o del terror?

El Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés), es conocido por el público fuera de las tecnologías de información, como dispositivos inteligentes. La tendencia de que todo sea inteligente y conectado a la “nube” con el objetivo de permitir a los usuarios una mayor facilidad para realizar tareas o incluso automatizarlas, ha llevado a las diferentes empresas a crear ítems tan complejos como refrigeradoras o televisores inteligentes, hasta cosas simples como un termostato, un llavín y cámaras que tengan esta inteligencia.

No obstante, esta facilidad que le aportan los dispositivos inteligentes a un usuario, también los expone a nuevos riesgos de seguridad. Para los ávidos usuarios de servicios en la “nube” tales como Netflix y Spotify, el 21 de octubre de 2016 fue un día terrible, dado que se dio un ataque de denegación de servicio sobre la infraestructura de la empresa DynDNS, evitando que los computadores pudieran convertir nombres de páginas web en direcciones IP, evitando la conexión de los usuarios a este servicio, lo que la mayoría desconoce es que el origen de este ataque se dio desde dispositivos IoT.

Es decir, un millón de termostatos, lavadoras, llavines, cámaras, entre muchos otros dispositivos estaban realizando el ataque contra la infraestructura de esta compañía sin que sus dueños se percataran de la acción que estaba sucediendo. De ahí que el Internet de las cosas se vuelve en el Internet del terror.

Estos son los nuevos riesgos que son transferidos del fabricante a los usuarios, tanto personas como compañías podrían verse afectados, al incluir estos dispositivos dentro su vida cotidiana, si no toma las medidas adecuadas de protección. Ahora parte de los cuidados que los usuarios tienen con sus computadores deben aplicarlos con sus lavadoras, refrigeradoras y televisores inteligentes.

Cuidados como la actualización del software en los equipos: así como Windows se actualiza de forma periódica, es necesario velar porque los dispositivos IoT se encuentren actualizados, ya sea de forma automática o manual, siendo este último el más complicado para los usuarios.

Los dispositivos IoT, cada vez más a menudo requieren e incluyen conexiones Wireless, por lo cual ahora es necesario evitar conectar los dispositivos a redes que no son de confianza, e inclusive, llegar a limitar el acceso en redes del hogar. La precaución de conexión también incluye los medios de almacenamiento como tarjetas SD y memorias USB; es necesario evitar conectar medios de los cuales se desconoce su origen o que son utilizados en puntos de agrupación de personas como universidades y oficinas.

La medida más efectiva para mitigar o minimizar los riesgos es contar con un Firewall o Muro de Fuego en nuestros hogares, dado que ataques como el sufrido por DynDNS se originaron del uso del software malicioso y se vuelve necesario controlar las comunicaciones tanto entrantes como salientes; no obstante, no es la medida más fácil de poner en práctica por los usuarios.

Por lo anterior, la seguridad y privacidad de la información se vuelven parte de las características que conforman a un “buen” comprador o compradora “inteligente”. Así mismo el IoT fuerza a los usuarios a desarrollar un mejor juicio sobre qué es seguro y qué no.