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Mami Irene
Estuvo junto a mí el día de mi boda, la única representante del lado de mi padre, ella me abrazaba y me besaba como si fuese suya.
Con todo el meollo de vientres de alquiler, de madres adoptivas y postizas, me pregunto qué es realmente una madre. ¿Será aquella que tiene la bendición y el privilegio de dar vida? ¿O aquella que cuida de sus hijos, brindándoles amor y valores? Una vez escuché decir que madre no necesariamente es la que “pare”, y al analizarlo, llega a mi mente la imagen de mami Irene, como le decimos de cariño. Una mujer única, incansable, que sin pedir nada a cambio lo entrega todo, su amor, su tiempo, su fuerza… Recordé ver su rostro dibujando una sonrisa de calma en las tantas ocasiones que alguien enferma en casa. Recordé verla también en Navidad y cumpleaños, con regalo en mano, decirme "mi reina", la recordé en Semana Santa año tras año preparándonos su rica habichuela con dulce y, por supuesto, la recordé en las incontables veces en que nos quedamos sin servicio doméstico, y ella, al rescate como acostumbra, se presta a ayudar sin siquiera pedírselo. Mami Irene llega a trabajar a casa de mis abuelos paternos siendo tan solo una jovencita; se ocupa de los quehaceres del hogar y en muy poco tiempo gana el corazón de la familia, pasando a ser parte de ella. Tuvo la paciencia necesaria para hacerse cargo del cuidado de mi abuela, cuando en épocas de mínimos avances médicos en el país, padecía de cáncer; estuvo junto a ella hasta el día que Papa Dios decidió llevársela. Más tarde se encargó de mi padre y su hermano, que eran aun dos crías. Los vio crecer, convertirse en hombres de trabajo y de bien, y sufrió la muerte de mi tío, como si se tratase de su propio hijo. Estuvo junto a mí el día de mi boda, la única representante del lado de mi padre, ella me abrazaba y me besaba como si fuese suya. Ella es, lo que muchos llaman una madre postiza; esa que te quiere y te cuida como si fuera tu verdadera madre, pero sin tener ningún enlace biológico u obligación de hacerlo. Lejos de generalizar, solo puedo dar fe y testimonio, de que no siempre "la sangre pesa más que el agua", pues aunque no existan lazos sanguíneos, su amor ha sido, es y será siempre de gran valor para mi familia, ya que ha demostrado con sus acciones ser la madre de todos. Agradezco a Dios por mi madre, por su inmenso amor y protección, porque siempre está conmigo en las buenas y en las malas, pero le agradezco también por Mami Irene, por la dicha de tenerla aún con nosotros. He comprobado, que hay cosas más fuertes que llevar en tu vientre vida durante nueve meses, más fuertes que el acto de amamantar o el de dar a luz en sí; creo que acabo de responder mi pregunta inicial; una madre no solo es aquella que da vida, es la que con su amor y esfuerzo, nos regala sacrificio, entrega, perdón, protección, y cuidado, es una bendición de DIOS; quizás la naturaleza no nos permita ser madres biológicas como muchas deseamos, pero siempre tenemos la opción, como mi mami Irene, de ser madres de corazón?.