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ESPIRITUAL

La Carrera de la Vida

La vida es una carrera y todos nos esforzamos por llegar a la meta. La carrera de la vida es mayor que cualquier otra carrera. Antes, en la antigua Grecia, a los ganadores que competían los coronaban como héroes y era una gran honra salir victorioso de la carrera. Pero la carrera más importante de todas es la carrera por alcanzar el premio de la corona de la vida. La Biblia dice: “sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10). ¿Cómo podemos comparar la carrera en los deportes con la carrera de la vida eterna? Los deportes tienen metas. En basketball la meta es tirar el balón en el canasto para anotar puntos. En baseball la meta es anotar carreras. En las carreras, la meta es cruzar la línea final primero y agarrar la bandera. En la vida espiritual la meta es llegar al cielo. Muchos cristianos no saben cuál es su meta. Todos estamos en una carrera y estamos prosiguiendo para llegar a la meta. No importa quien tú eres, un día de estos estarás llegando a la línea final. Cuando la cruces encontrarás dos caminos a los que puedes ir: uno es el cielo y el otro es el infierno. ¿A cuál camino te diriges? Los deportes requieren disciplina. No podemos vivir vidas desenfrenadas y ser campeones. Un boxeador se entrena un largo tiempo antes de la pelea. La palabra discípulo viene del mismo vocablo de la palabra disciplina. Para ser un discípulo de Cristo debemos mantener nuestra vida disciplinada. El apóstol Pablo dijo: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible” (1 Cor. 9:25). Los deportes requieren precisión. Imagínese cuánta precisión se requiere para jugar un partido de baseball sin que el oponente haga una carrera. ¿Cuanta precisión se requiere para pasarle un carro de carrera a otro sin accidentarse? No hay lugar para errores en las competencias; tampoco hay lugar para errores en la carrera espiritual. Es un error pensar que Dios no es preciso para asuntos del alma y pensar que Él solo es preciso para asuntos de la naturaleza. El agua se friza o hierve a ciertos grados específicos. La ley de la gravedad declara que un objeto más pesado que el aire es atraído al centro de la tierra. Jesús dijo: “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14). La mayoría escoge el camino ancho donde no hay control ni disciplina. ¿En cuál camino estás tú? Los deportes tienen reglas. ¿Puedes imaginarte un partido sin reglas? Imagínate, si todo el mundo tuviera sus propias reglas en cada juego, solo habría confusión. Para cada deporte hay un libro de reglas y primero tienes que aprenderlas para jugar bien el juego. ¿Y las reglas de la vida? La Biblia es el manual que nos enseña cómo vivir la vida. Estudia la Biblia y aprende las reglas para que llegues a la meta y recibas la corona de la vida eterna. Los deportes tienen oponentes. En el football americano claramente se ven dos lados, no uno. Ganar el juego es triunfar sobre la oposición. En la vida espiritual tenemos oponentes también. La Biblia menciona tres: el mundo, la carne y el diablo. Todos se oponen a que te sometas a Cristo. El mundo ataca desde afuera, la carne desde adentro y el diablo por todos lados. La Biblia habla claramente cómo vencer estos tres enemigos. Primero, tenemos que crucificar la carne con sus pasiones y deseos (Gálatas 5:24), segundo, no podemos amar las cosas del mundo ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? (Santiago 4:4) y, por último, tenemos que resistir al diablo con la Palabra de Dios (Santiago 4:7). En los deportes se mantiene un registro de puntuación. La Biblia habla de dos libros: el libro de la vida y los libros (Apocalipsis 20:12). ¿Qué se registra en los libros? Todo lo que has hecho desde tu nacimiento hasta tu muerte. Cuando esos libros se abran, todo se leerá. Dios no se olvida de nada. Solo aquellos cuyos nombres están en el libro de la vida irán al cielo. ¿Y tú? ¿Ya estás registrado en el libro de la vida? “Un día nos presentaremos delante del tribunal de Dios para rendir cuentas por todas nuestras acciones” (Romanos 14:12). Los deportes tienen recompensa. “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (1 Corintios 9:24). Dios tiene una corona que perdurará para siempre para todos aquellos que sean fieles hasta la muerte. Vale la pena abstenerse de todos los placeres de este mundo para servir a Dios y recibir la recompensa eterna. ¿Estás en la carrera? ¿Te estás esforzando? Hay gente que dice “estoy corriendo por la vida con el tanque vacío”. Tal vez digas que eres cristiano pero no estás seguro de tu salvación. ¡Asegúrate hoy! Dios envió a su hijo para morir por ti en la cruz. “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (Apocalipsis 3:11).

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