Aguas frescas
Tu nombre es sinónimo de éxito
Uno de los sonidos más agradables al oído es escuchar que pronuncien tu nombre, puedes tener uno bonito, común, exótico, o que cause burla, pero es tu nombre...
Escuchar tu nombre es tan vital, que algunos han preferido hasta cambiárselo, con la intención de que cuando lo llamen, puedan responder complacidos por el sonido que escuchan. Hay leyendas jocosas de personas que obtuvieron sus nombres como resultado del sonido del objeto que sus progenitores dejaron caer, otros por los nombres de los protagonistas de alguna novela o película; en fin, que el nombre es vital para enfrentar la cotidianidad. En la antigüedad no era así, el nombre estaba ligado estrictamente a la personalidad por eso vemos a Dios integrando el nombre a las características o destino final de la persona o cosa nombrada. En génesis 35: 16-18 se reseña un caso que impacta mucho mi corazón, porque refiere el final de dolor de una señora llamada Raquel que no podía tener hijos; después de muchos intentos y frustraciones logró tener uno y posteriormente un segundo hijo pero fue un parto muy trabajoso, tan difícil fue que ella al parecer pensó que no sobreviviría y la partera tuvo que animarla diciéndole “no temas, tendrás a tu muchacho”… Pero las palabras de la partera fueron poderosas, pero no tan efectivas porque al salir el bebe Raquel murió. ¿Cuáles serían las últimas palabras que pronunciaría una madre al morir de parto? Pueden ser tan diversas, pero en medio de su dolor, exhalando el último suspiro, cuando se le salía el alma, sólo alcanzó a decir: “pónganle por nombre Benoni…” ¡Qué bien, que detallista!, tuvo el cuidado de dejarlo con nombre, sólo que el significado, aunque verdadero, no era bueno: “hijo de mi tristeza”. Por un momento piensa en este niño en su edad de adolescente y que alguien le pregunte el nombre, tenía que admitir que se llamaba así porque su madre murió por culpa de él, cuando extrañara a su mamá también recordaría que él era el responsable de su ausencia, la culpa lo ataría de por vida. Su papá, Jacob, que en su tiempo padeció también por culpa de su nombre, inmediatamente dijo: “¡No!, su nombre será Benjamín. Este significa: “Hijo de mi mano derecha” ¡Qué bendición, que cambio tan drástico!, porque ahora su nombre le decía a todos, “aunque mi mamá murió para traerme al mundo, mi papá no me culpa, le soy útil, soy su mano derecha”. Y así fue, los descendientes de Benjamín tomaron notoriedad por ser una pequeña tribu, pero de grandes arqueros. Definitivamente creyó y vivió como el hijo de la mano derecha que su papá declaró. Quizás tu nombre no signifique nada, pero has recibido apodos o sobre nombre que casi aniquilan tu futuro. Te dijeron que no servirías para nada, que no lo lograrías, que serías la vergüenza de la familia, el patito feo, y cosas así insultantes e hirientes, pero Dios ha dicho lo contrario, hace mucho que habló de ti, alguien tiene que creer esto y comenzar a vivir con esta palabra; Dios quiere que estés a su derecha para producir el cambio que esta sociedad necesita. Tú puedes realizar pequeñas o grandes cosas que determinen el curso de tu entorno. Atrévete a creer que Dios realiza un cambio de nombre y que donde algunos vieron fracaso Él está viendo una tremenda victoria. Si has iniciado un proyecto, no importa que nombre le hayan dado, tú determinas, dale tú el nombre. Establece con tu fe lo que quieres que suceda. La buena noticia es que muchos, antes que tú, se llenaron de fe, y lo que iniciaron ha permanecido porque creyeron, porque obviaron “los nombres” que lo ligaban a la derrota y se enfocaron en creer en el nombre que viene de Dios: que eres vencedor, fuerte, emprendedor. Porque creyeron que con Dios siempre seremos mayoría. A propósito, me gozo por ser parte de Zona Este y poder celebrar este nuevo aniversario… Muchos “nombres” fueron etiquetados, pero aquí estamos, gracias a Dios, refrescando un poco la temperatura con estas “Aguas” y comprobando, una vez más, que para el que cree todo es posible. Agradezco a Dios por ser parte de esta bendición.Dios te bendiga