Cartas

SOBRE EL REFERÉNDUM EN ECUADOR Carlos López Damm,Embajador de Ecuador en República Dominicana Señor director:Con preocupación me refiero al editorial de “Listín Diario” publicado el viernes 6 de mayo, bajo el título “Otro plan contra la prensa”, en el cual se pone de manifiesto un injustificado temor acerca de un supuesto plan para “mandar a la prensa al paredón en el Ecuador”, a propósito del referéndum convocado por el señor presidente Correa en el ánimo de modernizar el sistema judicial ecuatoriano, garantizar la seguridad ciudadana y salirle al paso a la hidra de la corrupción que afecta no solo al Ecuador, sino a todos los países de Iberoamérica por no decir del mundo. Por ventura, no existe un fundamento real para temer por la libertad de prensa en el Ecuador como producto del referéndum realizado el sábado 7 de mayo, ni existe la intención del Gobierno del presidente Rafael Correa Delgado de menoscabar los derechos a la libre expresión y a una comunicación abierta para todos, máxime que estos derechos están inamoviblemente consagrados en toda una sección de la Constitución vigente, que ampara los irrestrictos derechos de los ecuatorianos “a la comunicación e información”. Lo que sí existe es el afán de corregir el abuso de ciertos medios de comunicación que, en forma desconsiderada, incluyen programas saturados de violencia e inmoralidad. Una preocupación que por otra parte va más allá de las fronteras del Ecuador, prueba de lo cual son las recientes palabras pronunciadas en Santiago de los Caballeros, por el cardenal Giancarlo Ravassi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, presente en República Dominicana para inaugurar la edición de este año de la Feria del Libro, “Es malo ñdecía monseñor conforme lo resume la prensa localñ que muchos medios de comunicación acudan a la vulgaridad, la banalidad y el engañoÖ de que exista falta de capacidad para crear, lo que constituye el gran peligro de estos tiempos”. El Gobierno del Ecuador, precisamente haciéndose eco de una preocupación en el mismo sentido, propuso al pueblo apruebe la creación de un Consejo de Regulación que vele por un mínimo de responsabilidad hacia las familias, los jóvenes y la comunidad, generando una programación sana. Es decir, demandando de los medios de comunicación lo que Juan Pablo II, exigiera de ellos en una de sus últimas Cartas Apostólicas, al afirmar que “los medios de comunicación pueden y deben promover la justicia y la solidaridad, refiriendo los acontecimientos de modo esmerado y verdadero, analizando completamente las situaciones y los problemas, y dando voz a las diversas opiniones.” Tampoco es afectar los derechos a la libertad de la prensa proponer que la ley regule la separación de los intereses financieros y comerciales de los de la comunicación colectiva, como la consagración de un derecho mínimo del pueblo a ser informado con verticalidad. Prueba manifiesta que no solo el Gobierno Nacional del Ecuador piensa así, sino una gran mayoría del pueblo ecuatoriano, es el hecho de que todas las preguntas planteadas en el referéndum por el Presidente Rafael Correa y específicamente las preguntas correspondientes a la propuesta de regulación de la comunicación social, a que acabo de hacer referencia, recibieron un voto afirmativo mayoritario de los ecuatorianos, según los datos oficiales que se han dado a conocer hasta el momento. Con mi permanente sentimiento de respeto hacia usted y hacia todos quienes hacen “Listín Diario”, por su elevado concepto de lo que debe ser una información objetiva, veraz y constructiva, agradeceré la publicación del presente en el mismo espacio destacado que recibiera el editorial referido.

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