Burbujas
Bueno y todavía resuena el consejo de Leonel a sus empleados respecto a que nunca se peleen con los curas ni con periodistas. Se decía en los corrillos que el mandatario tiene que conocer una vieja anécdota sobre un consejo que le dio Juan Domingo Perón a Trujillo, cuando el militar y político argentino estuvo refugiado en el país después de que lo destutanaron. Según los decires, Perón, en un momento que vio a Trujillo molesto con unos sacerdotes, le aconsejo no pelearse con los curas “porque ese fue mi error”. Algunos de los trujillistas sobrevivientes de esos días se atreven a afirmar que cuando Perón notó que Trujillo no le había hecho caso decidió irse de aquí antes de que sobreviniera la previsible hecatombe. Lo demás es historia. Lo que se comentaba ayer sobre el tema de los periodistas vino a cuentas porque algún dictadorsito latinoamericano había dicho en una oportunidad que a los periódicos se les da plata o se les explota (literalmente). Se dice que algunos relacionistas han propuesto la segunda opción porque la primera no les funciona con alguna gente. Y a propósito de estas cosas de prensa y gobierno, se dice por ahí que algunos periodistas, de esos cegatos que siempre abundan, estuvieron de fiestas esperando que el gobierno desmandingue y asuma el control de algunos medios de comunicación para que se los entregue a ellos. Se ha comentado que el asunto fue tan serio que algunos llegaron a hacerse trajes nuevos para su toma de posesión que la ven cada vez más cerca. Sin embargo, en círculos palaciegos se comentaba que hay quienes parece que se quedarán con el moño hecho porque muchos son los aspirantes pero pocos serán los escogidos. Fíjense que se parece a la frase bíblica, pero no es igual, porque según explicaba un relacionista público del gobierno, Leonel no llamó a nadie sino que son más los que se le han ofrecido.