CARTAS

La semana del yo

Señor Director:He pasado una semana (6-12 de Julio 2008) distinta. La defino como semana del “yo”. Un yo que piensa, un yo que ora, un yo que lee. Reducir a breves palabra los seis días -algo imposible- lo intento concisamente. Mi “yo pensante” emerge de la naturaleza y de la historia, está por encima de ese mundo. Estoy en una cúspide. Desde mis reflexiones en la soledad descubro la realidad: Abro los ojos sobre lo que veo y sobre lo que me enseña la ciencia natural: millones de años desde la gigantesca explosión inicial del tiempo: partículas, átomos, moléculas... gases, fuego y emerge la tierra, en la tierra emerge la vida vegetal, la vida animal y por encima de todo emerge la maravilla del hombre. Cuatro emergencias precedidas por la Voluntad Creadora, todavía en acción. Abro los ojos y veo el momento actual de la realidad humana. La investigación histórica me enseña a rastrear huellas de siglos y culturas. En esa variada realidad emerge una Persona, en cuya realidad me encuentro envuelto: Jesús de Nazaret, el Dios hecho Hombre y prolongado en la Iglesia. Lo sublime del hombre creado y redimido es que yo oro: desarrollo mi dignidad relacionándome personalmente con el misterio trinitario. El Espíritu de Dios me capacita para la oración, Jesús mismo resucitado está a mi lado e intercede por mí. El gran descubrimiento de la oración cristiana es que Dios no es la energía de las religiones naturales, no es Dominador de la religión musulmana, no es la Ley de la religión judía. Es mi Padre y Jesús mismo acompaña a mi yo orante en el encuentro con Él. Además, yo leo. Acompaño y alimento con la lectura mi admiración natural, mi reflexión creyente, mi contemplación orante. Toda esa experiencia vivida por otros ha quedado en libros, entre los cuales emergen alguno que yo aprecio y busco afanosamente porque conservan la huella histórica de Jesús y la realidad plena del misterio cristiano, vivido por los grandes testigos de la primera hora, sobre todo por Pablo. Este es el hervidero de ideas, el gozo de oraciones y la satisfacción de lecturas de la semana del “yo”. Ojalá pueda prolongarla durante el año. P. JESÚS HERNÁNDEZ, SDB/Santo Domingo ------------------------------------ La lengua es para entendernos Señor Director:La lengua es un instrumento de interactuación cuya finalidad es llevar un mensaje y que este sea entendido. Es por ello que debemos aunar fuerzas para que nuestras ideas, opiniones, diferentes culturas, etc. lleguen al mayor número de personas posibles, así que dejémonos de encajonamientos retrógrados en el tiempo y defendamos una globalización útil y positiva, en la medida de lo posible. No creamos inútiles impedimentos para entendernos entre personas y defendamos lo que deba defender cada uno y que se haga en una lengua más global y asequible que todos sepamos. Así, los demás podrán entendernos mejor y más fácilmente. Y es que la lengua es para entendernos no para pelearnos. Por favor, hagamos todo lo posible por entendernos. Ya hubo bastante con un Babel. JESÚS DOMINGO MARTÍNEZ/ Girona, España

Tags relacionados