Burbujas

La liberación de Ingrid Betancourt y los otros 14 secuestrados en Colombia, con un operativo de inteligencia del Ejército colombiano, parece que quiere inducir a que crezca la creencia de que se marca un principio de cambio de dirección política en el Continente, se comentaba ayer en los mentideros. Sobre todo porque poco antes de salir de Colombia, el candidato republicano estadounidense, McAin lanzó la bola de que habría una liberación de secuestrados. La pregunta quedaba sin respuesta: “¿Cómo lo sabía el gringo o fue una chepa?”. Lo que más se comentaba ayer era que fue justo tras la visita del candidato estadounidense a Colombia que se produjo la operación sorpresa y después de él salieron tres empresarios estadounidenses que también estaban secuestrados. “¿Qué pasó ahí?” Se había dicho en las tierras del Norte, antes de la partida de McAin, que el candidato visitaba Colombia como una forma de atraer el voto latino. Pero resulta que McAin únicamente visitó Colombia y aunque tenía que pasar sobre la República Dominicana, por aquí ni se acercó. “¿Qué pasó ahí?” Ahora, lo que preocupa en los mentideros es si esa operación tuvo la cooperación norteña justo en un momento en que a Uribe lo tienen señalado como que compró unos voticos para diligenciarse la reelección. Esto de las compras parece que alarma a los colombianos pero a los dominicanos ni los hace pestañar. Si por allá necesitan expertos aquí le podemos dar entrenamiento. Lo que es indiscutible es que Uribe se anotó una patica en un momento duro y es muy probable que ese empujoncito que le pudo llegar del norte, si es que fue así aunque sea en parte, puede que tenga ensillado algún mensaje “subliminal” para otros mandatarios de la región, sobre todo para aquellos a los que ciertos sectores norteños vinculan con un cierto movimiento izquierdoso en las américas y que están comenzando a preocupar. Lo duro será, en el corto futuro, para los que queden como la carne del sándwich, se comentaba en los mentideros.

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