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ENCUENTRO VERDE (1 DE 2)

Jake Kheel: “Las buenas prácticas ambientales son una gran oportunidad para los negocios”

Jake Kheel e Yvonne Arias.

Jake Kheel e Yvonne Arias.

República Dominicana vive un momento muy interesante en cuanto a la integración del empresariado y el sector privado al tema de la sustentabilidad y la protección ambiental, considera Jake Kheel, presidente de la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (EcoRed).

Lo mejor, dice el vicepresidente de la Fundación Grupo PuntaCana, es que este interés no se basa simplemente en que el presidente de la empresa se emocionó y le gustó el tema, porque se aproveche como negocio o para cumplir con las normas ambientales que exigen las autoridades. “Ahora puedes tener todos esos factores pero yo agrego uno nuevo: el mercado. Primero la competitividad, y también los clientes, el consumidor, que está exigiendo cambios”. Kheel menciona, por ejemplo, el tema de los desechables, del plástico, de la basura. Las empresas ya no pueden darse el lujo de ignorar el tema y taparlo, asegura. “El consumidor le dice ‘no solo quiero saber de dónde vienen tus materiales y asegurar que no estés maltratando niños y comunidades, quiero saber también qué vas a hacer con el material después, qué solución me traes’”. Esa pasividad del cliente que se conformaba con lo que la empresa le diera y optaba por no reprocharle nada se debía, en parte, y de acuerdo con Jake, a que el cliente muchas veces no tenía el conocimiento de las malas prácticas. “El tema por ejemplo de los plásticos en los ríos y océanos no era tan visible. Ahora, con los medios sociales, a medida que la información se convierte viral ya no se puede ignorar. Mi empresa produce botellas plásticas y de repente mis clientes me están diciendo ‘¿y qué vas hacer con esas botellas plásticas?’ Antes el cliente no sabía, no le importaba o asumía que se estaba reciclando todo y se quedaba ahí. Pero ya sabe que no, y eso está forzando a los empresarios a tomar el tema en cuenta”. Una de las ventajas de este conocimiento, apunta Jake, es que presenta oportunidades de negocios para la empresa y la oportunidad de que el cliente conozca y diferencie a las empresas con buenas prácticas. “Si soy un banco y produzco el x por ciento de mi energía en todas mis sucursales con energía renovable, y minimizo mi cantidad de uso de desechables de plástico y de papel, y tengo programas proactivos para ayudar el medio ambiente y realmente vinculo a mi banco en este caso con el tema ambiental, ya yo tengo una ventaja competitiva contra mis competidores. La gente dice ‘bueno, si todos los factores son iguales, si todos los bancos me dan buenos porcentajes y buen servicio, pero este está más ligado al tema ambiental, entonces me voy para este”. La bióloga Yvonne Arias, coordinadora del Encuentro Verde de Listín Diario, le pregunta si falta mucho tiempo para que la mayoría de los grandes empresarios asuma el tema de la sustentabilidad como una oportunidad en la que ganan ellos “y ganamos todos”, y la aprovechen para invertir en transformar tecnologías para lograrlo. Para Jake, es algo que se está logrando y rápido. “Y hay varias fuerzas que están coincidiendo. El tema de energía renovable hace diez años no era factible ni rentable. Había que tener unas condiciones perfectas para implementarla. Ahora es todo lo contrario: el que no va por la energía renovable tiene que buscar las razones de no buscarla, porque el precio es correcto, las condiciones políticas y las facilidades financieras están dadas y el consumidor lo exige”. Que las empresas lleguen al tema ambiental porque alguien las convenció, porque las autoridades las presionan para que cumplan los requisitos ambientales o porque hay un beneficio económico es lo de menos, comenta Jake. “Llegaste, es lo importante…” A partir de allí, la responsabilidad ambiental toma otros matices y entra en juego el papel de la Red Nacional para el Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (EcoRed), antigua Renaepa. Creada en 2006, y ahora con 87 miembros, es la plataforma más grande que incorpora al sector empresarial, al Estado, a instituciones académicas y a la sociedad civil en la cultura de la sostenibilidad y la responsabilidad social. “Hay gente que dice que no es verdad, que no es auténtica, porque hay compañías de todo tipo: de producción de plástico, mineras, fundaciones. Lo interesante de EcoRed es que no es sectorial. Lo importante es la sustentabilidad. Tienes que estar allí para hacer tu parte”, explica Kheel. ¿CÓMO HACERLO? El requisito mínimo para pertenecer a EcoRed es cumplir con los permisos ambientales. A lo interno, brinda a sus miembros asesoría, capacitación y acceso a herramientas como IndicaRSE (autoevaluación en línea que mide la gestión empresarial en base a los estándares de sostenibilidad de la norma ISO 2600 y los principios de Pacto Global) y al programa de EcoEficiencia Empresarial, “una metodología práctica, amigable y sencilla cuyo fin es crear capacidades en el sector privado para asumir sus impactos ambientales, comprometiéndoles a medir, reducir, compensar y adaptarse al cambio climático”. También les ofrece acceso a programas y servicios de instituciones gubernamentales con las que tiene alianzas. EcoRed es la única asociación del Caribe insular que forma parte de la Red de Integración Centroamericana y del Caribe por la Responsabilidad Social Empresarial –IntegraRSE. En la población es más conocida por el seminario anual Ganancias Sostenibles, por sus talleres formativos que abordan diversas temáticas, por el apoyo a programas de reciclaje inclusivo y por sus alianzas con entidades dedicadas a la conservación de la biodiversidad. Pero igual tiene otras prioridades, como el interés de que sea aprobada la Ley de Residuos. “Cuando se comenzó a hablar de la Ley nos preguntaban qué hacíamos los empresarios aquí. Con los años se vio que las empresas sí tienen mucho que ver, porque muchos productos -y volúmenes importantes de residuos- se producen en las empresas, pero también estas ven en el tema de los residuos oportunidades de negocios, y si no hay una ley, no hay forma de hacer inversión”. OTRO TIPO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EcoRed promueve la diversificación de los programas de responsabilidad social de las empresas más allá de los programas de reforestación. “¿Cuántas empresas hacen programas de reforestación y cuántas de ellas lo hacen bien? Muchas empresas lo hacen, con buena voluntad: identifican un monte deforestado y llevan voluntarios un sábado. Ahí está la mano de obra gratis, la de la empresa que está dispuesta a ayudar. Y están tratando de hacerlo bien”. Pero quizá están sembrando la planta que no es, o no les están dando seguimiento después de ese día, sostiene Kheel. Y en este punto destaca la importancia de uno de los proyectos más exitosos de EcoRed: la “Misión rescate lista roja”, mediante el cual empresas aportan dinero para, a través de una alianza con el Jardín Botánico Nacional (JBN), el Ministerio de Medio Ambiente y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), identificar 20 especies botánicas en peligro de extinción y contribuir a su conservación, propagación y protección de su hábitat. El primer informe del programa, presentado el pasado 2 de agosto, destaca la participación de 16 empresas que apadrinan igual número de especies, los viajes de recolección, la realización de siete talleres de sensibilización para 594 participantes y 12 actividades de siembra que dieron como resultado 5,075 plántulas sembradas en 9 regiones con la participación de 6 comunidades. La contribución de cada empresa es de 3,000 dólares anuales durante dos años. “Las empresas no tienen el conocimiento para estar seleccionando las plantas. Pueden participar como voluntarias, y con voluntarios, pero hay que poner el dinero para asegurar el servicio técnico de los expertos”, explica Kheel. Entre las especies apadrinadas figuran el roblillo (Ekmanianthe longifolia), mamey (Mammea americana), cotoperí (Melicoccus jimenezzi), la cabirma de guinea (Carapa guianensis Aubl.), el tamarindo cimarrón (Arcoa gonavensis Urb.) y la algarrobita (Cynometra portoricensis Krug y Urb).

APORTAR CONOCIMIENTO

Las empresas también cuentan con mucha capacidad interna y para ellas es muy fácil ayudar a dar conocimiento, opina Kheel. “Los bancos, por ejemplo, pueden enseñar sobre educación financiera en las comunidades. ¿Qué pasa? En el colegio no te explican cómo abrir una cuenta bancaria, cómo abrir una empresa. Los bancos son los mejores capacitados para ir a una comunidad, una escuela o un grupo y comenzar a trabajar ese tipo de temas. Hay una capacidad inherente a las empresas que pueden repartir a las comunidades”.

PERFIL. Documentalista y líder en el área de desarrollo sostenible (con maestría en Gestión Ambiental por la Cornell University), Kheel es el director y productor del galardonado documental Muerte por mil cortes.

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