VIDA VERDE
El compromiso ambiental de la Fundación Ecológica Cigua Palmera
RECURSOS NATURALES
Inquieto social desde la adolescencia en asuntos relacionados con la cultura, la comunicación y el medio ambiente en su natal provincia Monseñor Nouel, Michel Dicent recibió en 2014 el Premio Nacional de la Juventud. Hace siete años, usó el dinero ganado en una comparsa de carnaval para crear la Fundación Ecológica Cigua Palmera (FECIP). Su trabajo en esta fundación fue el que le mereció el reconocimiento nacional juvenil en el renglón preservación y fomento de los recursos naturales. A un año de la entrega del galardón, Dicent quiere compartir parte del trabajo que realiza la fundación y en qué ha invertido el premio de RD$100,000 que, pese a ser otorgado a título personal, no dudó en poner a disposición de la institución.
¿Qué hacen?La FECIP ha sembrado el movimiento ecologista en toda la provincia llevando mensajes de conservación y talleres de orientación a las escuelas, comunidades, juntas de vecinos y grupos comunitarios, pero ha concentrado esfuerzos en el distrito municipal Juma Bejucal, al sur de Bonao, y allí en el rescate del río Juma. Este afluente del río Yuboa que nace en la loma El Chorro, comenta Dicent, forma parte de la historia del municipio cabecera de la provincia y hoy está prácticamente en estado agónico, casi seco, debido a la deforestación y a la extracción irresponsable de arena y otros materiales. De ahí que las actividades de la fundación estén concentradas en la reforestación. “Estamos trabajando en la montaña, desde arriba hacia abajo, porque el rescate del río y de cualquier río no se va a dar desde el pueblo hacia el campo en términos de reforestación”, comenta Dicent a LISTÍN DIARIO. Lamentablemente, agrega, en ocasiones cuando vuelven a las áreas reforestadas encuentran que las plantas han sido removidas por campesinos y hacendados que piensan que los ejemplares amenazan el pasto para el ganado. Precisamente porque se trata de reforestación, los resultados del trabajo de la FECIP tardarán algunos años en verse, expresa; y por ello se concentran, con igual ahínco, en el tema de la conciencia ambiental. “En la sociedad dominicana como que nos preocupamos siempre por lo macro, pero hemos olvidado que las cosas pequeñas son las que van a estructurar los grandes cambios sociales. No habrá una gran conciencia ecología si nosotros no logramos una miniconciencia ecológica”. Esa conciencia, continúa Dicent, comienza con acciones tan sencillas como cerrar la llave mientras te cepillas. “¿Para qué dejarla abierta, cuando hay cientos o miles de personas en el mundo que están necesitando ese chorro de agua en ese momento?”, observa.
Proyecto con bambú GuaduaActualmente la FECIP da los primeros pasos en la construcción de un muro de contención natural con bambú Guadua a lo largo de unos 30 kilómetros del río Juma. Este bambú, una especie de crecimiento rápido que crea una maceta de protección y sirve además como madera, protegerá de inundaciones y daños a las familias que viven a orillas del río y a seis liceos construidos próximo a su cauce. Los miembros de la fundación ya han plantado 5,000 individuos y han iniciado la reproducción de plantas en un terreno que la fundación está pagando en la loma El Chorro. El sueño de Dicent y de la fundación es convertir ese terreno en un espacio de recreación para las familias.
Educación ambiental “Hemos logrado involucrar un buen número de voluntarios, y eso dinamiza el trabajo. Cuando la gente se convence de algo, es más productivo”, dice Dicent acerca del apoyo que recibe de jóvenes y adultos en esta labor ecológica. Muchos de los voluntarios de la FECIP, de hecho, son jóvenes estudiantes de los liceos de la provincia. ¿Por qué estudiantes? Dicent asegura que cree mucho en la educación ambiental, pero concentrada en la construcción de una conciencia ecológica que trabaje en abrir la mente del niño en las escuelas. “Ahí hay que hacer un trabajo fuerte. El trabajo hay que hacerlo desde ahí porque nosotros somos ya una sociedad como medio atrofiada por algunas influencias del medio y algunos intereses; pero cuando agarras a un grupo de muchachos de 13 y 14 años, que no están pensando en la tarjeta de crédito ni en el problema financiero, que son capaces de dedicar tres años a esta labor, se despierta en ellos una conciencia ecológica que es posible que jamás se vuelva a borrar”. Para el dirigente comunitario, de los recursos del 4% a la educación podría dedicarse un presupuesto a la creación de núcleos ecológicos. “Nosotros en la fundación le llamamos nidos ecológicos, porque es allí donde se puede empollar ese huevo de conciencia verde, donde se puede empollar ese huevo de cuidar el agua”.
SOLICITUD. La FECIP solicita al Ministerio de Medio Ambiente regular la extracción de arena del río Juma. También pide a las autoridades ambientales tomar en cuenta la recanalización ambiental del río, cuando por fin se inicie este trabajo tan esperado por la comunidad de Juma Bejucal, en lugar de la recanalización comercial, porque mientras en esta última solo se toman en cuenta los puntos de extracción de material (para vender más rápido porque resulta más barato), la primera busca el manejo responsable del afluente. “Material hay mucho, y se puede extraer porque si no va a parar a la presa y al río Yuboa. Lo que hace falta es un manejo con responsabilidad”.
FAMILIA VERDE. Es un proyecto a futuro de la Fundación (para el que espera recibir el apoyo de los ministerios de Medio Ambiente y Educación) que aboga por que el campesino residente a orillas del río Juma pueda producir en su espacio productos de ciclo corto. “Que puedan, en un pequeño espacio, criar lo que de costumbre cría el campesino: el cerdo para Navidad, la vaca para la leche…, sin ánimo de promover la producción a gran escala, porque entonces se convertiría en un problema”.
PARQUE ECOLOGICO. La FECIP, informa su presidente, presentó al Ministerio de Medio Ambiente un proyecto para la construcción de un parque ecológico en la entrada de Bonao, calificada por los lugareños como “la verdadera boca del lobo” (refiriéndose a la oscuridad y a la falta de seguridad del lugar durante la noche). Los diseños fueron realizados por el equipo de arquitectos de la fundación. Aún esperan una respuesta positiva.
COLABORACIÓN. La FECIP no recibe subvención del estado. Se mantiene con los pocos recursos que generan sus casi 300 miembros, todos voluntarios, y con pequeñas donaciones de empresas y amigos. Entre sus prioridades figuran pagar el terreno en El Chorro para destinar parte del área a la producción de bambú Guadua para el proyecto del muro natural. Si desea colaborar, escriba a: fecipecologica09@hotmail.com