VIDA VERDE

Un proyecto sostenible que puede inspirar a RD

ES EL MODELO DE SUSTENTABILIDAD DE AMÉRICA LATINA MÁS DIFUNDIDO EN EL MUNDO

República Dominicana tiene en el nombre ‘Gaviotas’ una fuente de inspiración para iniciar proyectos que reafirmen su compromiso con el desarrollo sustentable. Paolo Lugari, fundador de la comunidad considerada modelo de desarrollo sostenible por Naciones Unidas, estima que el clima y los recursos naturales con que cuenta el país favorecen la creación de proyectos en arquitectura bioclimática, agua potable, bosques, biocombustibles y energía similares a los que funcionan allí. Gaviotas se encuentra en las llanuras de la Orinoquia colombiana, aproximadamente a 300 kilómetros al este de Bogotá, y a 180 metros sobre el nivel del mar. La comunidad comenzó a formarse en los primeros años de la década del 70 y no solo genera la energía y los alimentos que consumen sus 200 habitantes: “Es un microcosmos en donde todo está en todo”, explicó Lugari durante una visita a LISTÍN DIARIO, “un lugar que demuestra que en una tierra lejos de todo y cerca de nada es posible hacer lo que todo el mundo considera difícil de hacer en cualquier parte del mundo”. El pueblo se sostiene de la producción de colofonia y trementina y de la venta de energía solar y de molinos de viento. Y aunque Lugari dice que el proyecto no fue construido para que fuera replicable porque cada sitio es diferente, sí puede servir de inspiración para países de clima tropical como República Dominicana. Este país podría inspirarse en tres cosas probadas por Gaviotas, señala Lugari: podría producir resina de pino para elaborar colofonia, trementina y biocombustible; reemplazar toda la electricidad que se gasta en agua caliente por energía solar; desarrollar agua pura subterránea potable y desarrollar arquitectura bioclimática que en edificios de hasta cuatro pisos evitaría el uso del aire acondicionado. La selvaEl primer gran logro de Gaviotas fue convertir las tierras “pobres” de sabana en una selva. Lo consiguieron con plantaciones iniciales del pino tropical Caribe. “Nuestro pino no es de montaña, es un pino de clima cálido y la semilla viene de Honduras y de Nicaragua, de la selva Mosquitia, común a los dos países. Lo particular de este bosque es que debajo del pino Caribe (estas son zonas de sabana) empezó a surgir, a renacer, la selva amazónica. A la vuelta de un tiempo nació la selva.” Lugari sostiene que en una hectárea de pino Caribe hay 260 especies diferentes de plantas que les sirven de escudo sanitario y contra incendios. De la resina del pino Caribe obtienen colofonia y trementina, productos que representan sus mayores ingresos, y han aprovechado que se trata del pino más resinoso del mundo para producir biodiesel con un proceso que ha roto, asegura, los paradigmas mundiales: “Por primera vez hacemos biodiesel en un proceso físico, no químico, sin reactores, sin dejar residuos”. EnergíaOtro proyecto aplicable aquí tiene que ver con la energía solar. “Todo Centroamérica y el Caribe tienen problemas de energía y de agua potable. Si nosotros instaláramos medio millón de calentadores de agua, no de electricidad sola, sino de agua, para calentar agua con el sol, Dominicana (por las estadísticas que leí) fácilmente podría montar en dos años el equivalente a una hidroeléctrica o a una térmica de 250,000 kilovatios”, aproximadamente la cantidad que se lleva calentar el agua del sector turístico, de algunas industrias y de las residencias. Lugari añade: “Esa electricidad a base de petróleo y de hidroeléctricas que ustedes están gastando para calentar agua se puede hacer con el sol y esos 250,000 kilovatios los usarían para otras cosas en donde hacerlo con energía solar es supercostoso. Es decir, liberas 200,000 kilovatios eléctricos con los cuales calientas el agua de toda Dominicana. En vez de hacerlo con la electricidad convencional, lo harías con energía solar, con una tecnología tropicalizada que Gaviotas lleva más de 30 años implementando. Tenemos calentadores de 25 años en perfecto estado”. NADA QUE NO SEA SUSTENTABLENo cuesta tanto conseguir una comunidad sostenible. No para Paolo Lugari, hijo de un geógrafo y explorador que en su tiempo libre se dedicaba a explorar la Colombia menos conocida. “En Gaviotas tenemos la extraordinaria ventaja de seguir pensando como niños y cuando uno piensa como niño todo le parece posible. Tenemos 35,000 calentadores solares montados en Colombia y eso es parte de nuestros recursos”, dice Lugari, que nació en Italia pero se mudó a Popayán, Colombia, a los cinco años y heredó de su padre el amor por la tierra y las ideas visionarias. “La gente se enchufó cuando llegó el petróleo y dejó de pensar. La arquitectura bioclimática te obliga a ser discreto en el diseño. Funciona porque cuando logras diseños ambientados con lo local, logras unas proporciones muy diferentes, porque salen del medio, no han sido impuestas”, indica sobre la posibilidad de adoptar esta arquitectura en República Dominicana. El centro urbano más cercano a Gaviotas se encuentra a unas 15 horas en invierno y a cinco en verano, nos dice. En la comunidad no usan autos: se trasladan en bicicletas, motos y a pie. “Gaviotas es la extrema dificultad adrede (…), porque debería mostrar que en las circunstancias peores posibles es factible hacer un ejemplo de sustentabilidad a nivel mundial. Porque ese era el propósito. Si me hubiera ubicado cerca de Bogotá pues no tendría independencia financiera”. Lugari vino al país invitado por la Fundación Universitaria Dominicana Pedro Henríquez Ureña (Fudphu).

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