Santo Domingo 20°C/20°C clear sky

Suscribete

Desde la última butaca

Gabino Diego

Cuando llegó a Santo Domingo, Gabino Diego ya era Gabino Diego. Ligero de equipaje hizo a un lado su fama y acudió al reclutameinto del boricua Juan Gerald para filmar “Sangre de Cuba”, (también conocido como “Dream of Julia”), cinta que reunió a varias celebridades de entonces en un proyecto que intentó rescatar un episodio de ficción en La Habana insurrecta. Santo Domingo sirvió otra vez de locación por su parecido a la Mayor de las Antillas.

Junto a su carisma, Gabino Diego portaba la necesaria madurez de alguien que supo moverse con altura profesional entre el drama y la comedia. Formó parte del trío de protagonistas de “Ay Carmela”, bajo las órdenes de Carlos Saura que, entre otras sutilezas, le aportó un premio Goya al mejor actor de reparto. Años después, otro director español, Fernando Trueba, lo llevó a la fama con “Belle Epoque”, cinta ganadora del premio Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa, entre otras veleidades.

Nos encontramos a instancias del gran fotógrafo cubano Mario García Joya en el apartamento de su hijo. Había reunido a un grupo de emigrantes cubanos para interactuar con el electo del filme de Gerard. El boricua no integró al fotógrafo de Titom. Terminó su cinta y se marchó. García Joya, por el contrario, viajó a Santo Domingo, conocedor del proyecto excluyente. Y su intento no era la crítica baldía por no ser tomado en cuenta, sino el debate saludable, el intercambio cultural.

Con Cuba en los labios, Gabino Diego y quien esto escribe pasamos la velada. Conocía su ascendencia cubana. Sus padres fueron emigrantes antillanos establecidos en Madrid, ciudad donde nació Diego en 1966.

No era fanático de la Revolución Cubana, pero tampoco un ciego detractor. Ambos coincidimos y disentimos en virtudes y defectos del gobierno de la Isla.

Nunca más he vuelto a verlo en persona.

Supe de él días atrás cuando regresé a “Ay Carmela” y comprobé su destreza profesional en el papel de un cirquero sordo mudo portador de un pequeño pizarrón oculto en su gabán junto a una tiza para dar a conocer sus impresiones de lo sucedido a su alrededor.

Ahora descubro a un Gabino Diego concentrado en el teatro, donde a sus 55 años ya exhibe una exitosa carrera de la que vive orgulloso. Creí importante reproducir nuestro encuentro veintitrés años atrás, cuando ambos encaramos puntos de vista discordantes en medio de una conversación de buenos amigos. La película “Ay, Carmela” se proyectará el jueves 19 de mayo a las 8.00 pm en el Centro Cultural de España. Una buena ocasión para aplaudir su trabajo.

Tags relacionados