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Desde la última butaca

Ni uno menos

Zhang Yimou sabe hacernos crecer. Su discurso no titubea. Viaja entre la crítica a ciertas esferas de poder dentro de una sociedad cerrada y la voluntad del ciudadano de aspirar a un país mejor. Este es un tipo ce cine de riesgos, y entraña virtudes y defectos que asume con la frente en alto. El maestro oriental busca el ángulo novedoso, la historia mejor, el guión perfecto. Zhang Yimou asume lo mejor no solo del cine chino y de occidente. Y ha labrado su voz propia.

La precisión con la que construye sus personajes, su dominio del color, su simbiosis poética, su simbología y su contacto permanente con la sociedad china y la autenticidad de sus historias lo convierten en un prodigio de fuerza, resolución y ternura.

“Ni uno menos” es una película inmensa por su sencillez. Añade al neorrealismo el tentáculo del descuido y la burocracia en la educación rural de su país. Se denuncian la ignorancia, el dogmatismo, la doble moral, el populismo, el machismo, el maltrato a los emigrantes la ciudad y la explotación del trabajo infantil. Es un drama humano tratado con precisión y hermosura dentro de un discurso cinematográfico fluido, que corre como el agua de la lluvia por los campos recién sembrados.

Yimou lleva a escena un guión donde se respetan los tiempos; donde reluce la naturalidad de la escenografía, el mundo de la pobreza rural y la simbología a través del colorido.

“Ni uno menos” es un monumento al tesón. Algunas de sus mejores escenas se desarrollan en la ciudad, ya bien cuando la protagonista rotula los carteles con tinta aguada en la estación del tren, o cuando espera, duerme y busca al director de televisión en la puerta de los estudios. Muchos de esos cuadros parecen filmados con cámara oculta, en busca de mayor libertad para actores aficionados. Otros momentos antológicos se aprecian en el campo, ya bien durante la recogida de ladrillos para costear el pasaje a la ciudad de la profesora, o en las clases de matemáticas aplicadas a la vida real, o en la compra de “coca cola” con el sobrante del dinero ganado por el transporte de ladrillos para ser bebidas entre tantos niños que desconocían su sabor.

Esta es una obra casi perfecta, con sombras por su final panfletario (la aparición de los donativos, las tizas de colores.. ) como si los responsables de los males pueblerinos solo se encontraran en la miseria de los campos. Entre luces y sombras “Ni uno menos” es una lección de coraje y hermosura. Es un filme emotivo que rehuye el lagrimeo gratuíto y se concentra en un profundo drama humano.

Ficha ténica

Título en inglés: Not one less. Dirección: Zhang Yimou. País: República Popular China. Año: 1999. Duración: 106 min. Reparto: Minzhi Wei, Huike Zhang, Zhenda Tian y Enman Gao. Guión: Xiangsheng Shi. Premios: León de Oro en el Festival de Venecia. Sinopsis: Una profesora rural emprende la búsqueda de uno de sus alumnos cuando no se presenta en la escuela.

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