Ventana

Cañas y bueyes, de Francisco Moscoso Puello

Esther A. LópezSanto Domingo, RD

La literatura ha sido desde siempre, el escenario por excelencia donde descansan los ideales, las quejas, los sentimientos, presiones, las luchas, así como la expresión y búsqueda de la identidad de los pueblos. Es Jorge Luis Borges, quien nos recuerda que la literatura es un escenario lleno de vida capaz de reflejar los deseos, pasiones y aventuras de la realidad misma. En ese sentido, puede decirse que la literatura aparte de cumplir con una función estéticamente placentera ha sido vehículo importante para transportar el quehacer histórico de generación en generación; funciones literarias que los escritores dominicanos han sabido explotar a través de sus obras.

Tal es el caso de la novela “Cañas y bueyes” publicada en 1935 por el escritor y educador dominicano Francisco Moscoso Puello, cuya temática bajo descripciones, recurso usado con frecuencia en esta novela, relata con nostalgia cómo fue la región de San Pedro de Macorís antes, durante y después del auge de los ingenios azucareros que proliferaron a partir de la Primera Ocupación Norteamericana.

Partiendo desde el deleite, “Cañas y bueyes”, es una obra que bajo un estilo claro, sencillo y fácil de entender inicia con la descripción morriñosa de la parte norte de San Francisco de Macorís, la cual según el relato era paradisiacamente bella, logrando que el lector sienta ampliamente la nostalgia y melancolía sobre lo que fue la región antes de los ingenios y reflexione sobre el cambio drástico que sufren los pueblos al industrializarse.

Desde un punto de vista histórico-social, es una obra llena de acontecimientos y problemáticas dominicanas, que culturizan a los lectores del siglo XXI. De primer orden nos presenta la inserción de un monstruo (el ingenio azucarero) en San Pedro de Macorís, el cual acabó con la estructura natural y paradisíaca del lugar, así como la tranquilidad de los lugareños, contribuyendo con las migraciones y el hambre de los campesinos; nos ofrece además una imagen visual sobre la problemática de venta de terrenos a varios compradores, provocando en la generalidad de los casos contiendas con resultados fatales, situación que aun en este siglo constituye una problemática común.

Con este breve bosquejo sobre la doble función de la literatura, la cual queda expresa en la obra de Moscoso, podemos observar cuán hermosa y completa es la literatura dominicana, capaz de hacernos sentir vivamente las sensaciones y problemáticas impresas en la trama narrada bajo la utilización de recursos propios de la literatura, al mismo tiempo que nos provee de un bagaje histórico sobre los acontecimientos relevantes que a la fecha siguen siendo ecos. En ese sentido, es un deber de los ciudadanos de este tiempo profundizar en la narrativa de tantos autores, que como Francisco Moscoso Puello se dedicaron vívidamente a imprimir en sus obras la realidad dominicana al mismo tiempo de deleitar a los lectores.

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