Los amores de un zombi

Es raro ver a un zombi que no asesina ni infectan. Seres que no deambulan por las calles como autómatas. El cine reciente ha ido cambiando la perspectiva terrorífica de ese extraño personaje. La gran pantalla busca el lado humano de estos “fantasmas” nacidos de una rama del vudú.

“The death inside” (Travis Betz, 2011), por ejemplo, recrea un musical donde reluce una historia de amor entre una pareja que se desdobla y, en determinado momento asume, indistintamente, formas de zombis. El mérito de Betz es poner a cantar y bailar a seres de ultratumba.

El filme cubano “Juan de los muertos” (Alejandro Brugés, 2011), ganadora del Premio Goya a la mejor película extranjera, da un giro irreverente, simpático e innovador a este género.

En ese mismo año, aparece “Los amores de un zombi” del realizador haitiano Arnold Antonin, un filme que le otorga al zombi sentimientos de bondad, nobleza, sabiduría e inteligencia.

Antonin ha escrito un guion entre creencias religiosas, trasmutaciones fantasmales, sentimientos amatorios y avatares de la política. Con esos ingredientes ha sacado su producto. Su cámara es expositiva. Sigue el relato sin perderse en detalles paisajísticos. Esa cámara sabe olfatear, rastrear e inducir. Sobresalen sus protagonistas, tocados con agudeza e independencia. Cada uno tiene su propia personalidad. Mención aparte merece la actuación de Ricardo Lefevre, el zombi, dotado de ingredientes fellinescos. Saca su personaje con mucha dignidad y soltura. Entre sorpresa y sorpresa, acción y catadura; entre risas y magia transcurre esta historia que cautiva. “Los amores de un zombie” se mueve entre el thriller y el humor, entre el drama político y la religión haitiana. Innova, aporta sin ruidos. Esos son sus mayores atributos.

Ficha técnica País: Haití. Año: 2011. Duración: 100 minutos. Dirección y guion: Arnold Antonin. Reparto: Ricardo Lefevre, Gessica Geneus, Caroline Pierre y Reginald Lubin. Sinopsis: Un zombi es usado por un rey vudú para cumplir designios. Ingenuo y enamorado, se escapa de esa deidad para ir en busca del amor de su vida.