Una fábula tras la ceguera dominicana

La cita que se incluye al final de este comentario no es coincidencia, porque retrata de manera implícita uno de los temas más sutiles y conmovedores de la novela de esta semana.

Finalista del Premio Literario Amazon 2019, “La niñez de Vega” –una novela corta de la periodista y especialista en Relaciones Públicas Luchy Placencia– retrata el camino hacia la madurez de una niña dominicana a punto de cursar la secundaria. Lo que separa a esta de otras ficciones del género “coming-of-age” no es solo la ambientación histórica, sino también los motivos de un asesinato que expone el mal de toda una sociedad.

La historia y sus personajes toman lo bello y lo terrible de nuestro país y la narración omnisciente mantiene una postura crítica, pero que a la vez acepta las contradicciones de nuestra parte de la isla.

Fuera de la historia interesante, lo que resalta de la novela es su estilo gramatical: una narración en tercera persona que desenfoca los límites entre este y el flujo de conciencia. Utilizando un lenguaje simple, intelectual a ratos y coloquial a otros, Placencia usa justificadamente cada palabra, para darle a esta historia una armonía con aire más profesional, pero siempre manteniendo su autenticidad y juventud.

A pesar de que la sinopsis sea capaz de resumir esta obra, sugiero que los lectores disfruten esta obra sin prejuicios ni expectativas: esto se debe a que el conflicto relatado en la misma no se desarrolla hasta poco antes de las últimas páginas. Sin embargo, lo que en un inicio parecerá una decepción para muchos, tras una pequeña reflexión, es en realidad evidencia de un conflicto todavía mayor: una meditación sobre la caverna de Platón en la que nos encontramos.

Reconocer estos prejuicios, que se propagan como virus, es nuestro primer paso para liberarnos de estos muros que se pueden romper.

Ficha técnica

Título: “La niñez de Vega”; Autora: Luchy Placencia; Editorial: Amazon Kindle Direct Publishing (KDP); 149 páginas.

Cita: “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que viendo, no ven”.

José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera”