Ventana

La valiente piconera, de Priscila Velázquez Rivera

Víctor BidóSanto Domingo, RD

La novela es el género literario que más transformación ha sufrido en su devenir. Incluso se llegó a proclamar su muerte, sin embargo, ha sobrevivido y fortalecido en su historia. Motivar este proceso creativo trascendiendo del puro entretenimiento a la indagación metafísica del drama del hombre. Desde el Quijote de Cervantes a Paradiso de José Lezama Lima la búsqueda ha sido permanente.

Toda novela debe entusiasmar y objetivar la subjetividad recóndita de los individuos porque toca la fibra descomunal de estar vivo. Toca las interrogantes, la soledad, las diferencias y las peculiaridades radicales del ente. La filosofía y la ciencia van a su objetivo con bastante claridad y abstracción, no así el novelar

En esta entrega tenemos una escritora dominicana Priscila Velázquez Rivera con su primera novela titulada Valiente Piconera de la que fue finalista del XVII Concurso de Narrativa Femenina “Princesa Galianas” convirtiéndose en la primera autora latinoamericana de esta modalidad en la historia del galardón. También como finalista en el Premio de Narrativa Camilo José Cela 2018 de Guadalajara (España).

Esta novela es la historia de dos mujeres siendo cada historia un paralelo de la otra. La Valiente Piconera es una jovencita que viene desde Argentina a España al pueblo de Córdoba con sus padres y tiene que posar para el famoso pintor español Julio Roberto de Torre. Modelaba por necesidad para llevar dinero a sus padres. Siempre llevó la mancha de “haberse acostado con el pintor” en una época donde la gente asociaba el esteticismo con prostitución. Se decía en el pueblo que el pintor se acostaba con sus modelos. María Teresa modeló por un tiempo para él.

La otra historia se refiere al personaje Carmen o Carmina. Dominicana de clase media, mordaz y actual, que trabaja para una multinacional, lectora e independiente. ¿Dónde se produce el enlace de estos dos personajes? A partir de un retrato que tiene Carmina y el parecido entre ambas. Se sugiere que Carmina es quien narra este vínculo que al final de la narración afluente con un personaje testigo de María Teresa que fue el amor de su vida: Cappi el gitano. Éste es quien relata los últimos días de María Teresa. Esta narración se sostiene como un paralelismo de ambas historias. María Teresa pierde su prole en cambio Carmen tiene a Aitor. En una se narra las vicisitudes hasta lograr cierta estabilidad cuando hereda la casa de la abuela y hace de la misma un Hostal junto con Cappi y sus padres. Al final, Cappi siente la necesidad de volver a su tierra, Jerez, y le pide que se vaya con él. Ella sabe que no puede irse. Ahora se ha hecho una contemplativa de aquel pueblo, además, no va abandonar a sus padres ni el Hostal. Su madre muere, luego, el padre, entonces María Teresa vende el Hostal y se refugia como residente en un convento hasta morir. Esto le cuenta Cappi a Carmina, además de las cartas de ésta a él. Una historia de Amor donde el personaje vence esa mancha social por haber sido modelo del famoso pintor.

Carmina, pues nos habla del machismo y la infidelidad de su padre. De su primer casamiento con Juan de Dios que, tanto por la enfermedad en su pelvi y su necesidad de “Dios,” se convierte en un esposo disfuncional mientras ella requiere del fuego sexual que no satisface. Tras descubrir su fuego en un baile con un señor se separa después de esperar bastante. Luego conoce a Ignacio en su trabajo, que es extranjero, se casan y tienen a Aitor. Después parten hacia Colombia por el trabajo de él. De gerente pasa a ser Madre y doméstica, cosa a la que no logra acostumbrarse, pero logra mantener su matrimonio.

Estas historias tocan aspectos de las demandas femeninas sin caer en una ortodoxia en que mujeres y hombres sean enemigos como se plantea ahora. En sí historias del amor que enfrentamos en el agitado vivir de nuestra sociedad.

Es una novela que tiene un ritmo sostenible. Cada capítulo narra simultáneamente las vidas de ambas.