Ventana

El carbonero de ideas

Jenkins y McCraney: destruyendo prejuicios

Fernando GonzálezSanto Domingo

“Luz de luna” (2016) es un filme escrito y dirigido por Barry Jenkins, basado en la obra teatral de Tarrell Alvin McCraney.

Cuando visioné el filme por primera vez, era de los que creía que dicha solamente ganó por la agenda política que los Premios de la Academia debía de premiar. Y aunque ya no tenga esa opinión, por lo menos comprendo a los que hubieran preferido la victoria de “La La Land” (2016), y que consideren lo anteriormente dicho.

Sin embargo, en mi segunda revisita, me percaté de aspectos sutiles y poéticos como la cinematografía y el guion. Asimismo como se evidencia desde la concepción de "La breve y maravillosa vida de Óscar Wao", el personaje protagónico es en sí mismo una ruptura del estereotipo con el que comúnmente se ve a la tez oscura.

Al igual que el personaje de Juan, Chiron es en apariencia una persona poco íntegra. Por otro lado, su carácter es el de una persona consciente de sus sentimientos, víctima del racismo sistematizado del que todos somos cómplices o víctimas.

"Luz de luna", si bien es un filme personal e íntimo, retrata el lado más humano y realista de las víctimas de ese sistema, y cómo ellos luchan por sobrevivir dentro de ese mundo. Nos encontamos sin duda frente a un filme que rompe prejuicios y expectativas, a la vez que lidia con una paradoja entre lo que esperamos y lo que sucede.

Con Jenkins y McCraney, se descubre cómo romper un prejuicio.

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