Bong Joon-ho: se necesita profundidad

Es común que a todo artista, especialmente dentro del teatro y el cine, se le adoctrine con un concepto general (por ejemplo, amor, injusticia, prejuicios, etc.), para lograr cierta premisa, y luego concluir, satisfecho, con una determinada historia.

Sin embargo, a la hora de seleccionar un punto de partida para tu trabajo, existe una perspectiva mucho más personal. Si Bosch bien decía que el artista era el que debía escoger sus ideas, es cuando vemos la película “Parasite” (2019) de Boon Joon-ho, que notamos un punto de partida distinto.

Si con Cuarón se deja lo profundo en el contexto y en el fondo de la imagen, entonces con Bong se aprende a enfrentarlo y al mismo tiempo hacer gracia del mismo. Esta comedia negra y ‘thriller’, se ejecuta con maestría gracias a la meticulosa planeación, escritura y proceso de ‘storyboard’. Sin dicho proceso, uno está en palabras del cineasta y guionista, “como desnudo en el Central Park”.

La película galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, trata un dilema metafórico, en el que nadie sabe quiénes son parásitos de los otros: los “ricos” o los “pobres”. Resalto dichas comillas, debido a que la película claramente muestra a las víctimas de un sistema corrupto y lleno de prejuicios.

Sin embargo, en lo que el escritor debe de concentrarse aquí es en la razón de ser particular del filme: más allá de la crítica social y la experiencia personal del director, "Parásitos" destaca más que por su cinematografía tipo Hitchcock, por la claridad y a la vez profundidad de sus metáforas.

El guionista (supervisado después por Han Jin-won) y realizador, explora las metafóricas relaciones parasitarias entre las clases, y da un giro de tuerca a este dilema moral. A pesar de que este juego del poder sea inevitable por el sistema, por lo menos esta cinta ruega por una igualdad de oportunidades entre todas las clases.

Es con Boon Joon-ho, que se parte de una metáfora.