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CINE

Buscavidas: No hay escapada en un París eterno

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo, RD

Existen obras inspiradoras que promueven cambios en las futuras generaciones de cineastas. En la década de los años cincuenta, el cine francés, con una pléyade de jóvenes críticos y cineastas de la Revista Cashier du Cinema, expusieron sus puntos de vista sobre el cine de autor que realzaron sus propuestas. Tales son los casos de Francois Truffaut con “Los 400 golpes”, Alan Resnais con “Hiroshima Mon Amour” y Jean–Luc Godard con “Al final de la escapada” (1960).

Godard fue el arquitecto de esa generación de cineastas en la década de los sesenta. Su película parte de una simple historia contada por su compañero Francois Truffaut, y con la ayuda de otro cineasta francés de nombre Claude Chabrol. El afamado director narra el momento en el cual el joven Michel (Jean-Paul Belmondo) estafa, se enfrenta, asesina a un policía, y escapa hacia París para cobrar una deuda pendiente.

Durante su estadía en la capital gala conoce a una ciudadana norteamericana, con la cual entabla una relación sentimental, y ella le acompaña en sus andanzas. Durante este trayecto, se mostrarán los encantos de la ciudad luz para sentirnos como parte del problema.

La importancia de esta cinta no radica en el guion, ya que prácticamente es muy sencilla y con pocos diálogos, sino, en la ruptura de ciertos patrones dentro de los cánones de la cinematografía, así como, en visionar el filme de forma separada y no en el conjunto de la obra.

Fue un ensayo que le salió muy bien a su director, con el cual pudo mostrar el París de la cotidianidad, utilizando giros inesperados en torno a los personajes, con la cámara en mano (sin utilizar los travelling) para otorgar una mayor agilidad y realismo a cada escena para que el espectador se sienta parte de la acción.

CURIOSIDADES

filme es un producto de la “Nouvelle Vague” francesa de 1958, diri­gida por Jean-Luc Go­dard y protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg.

La fotografía fue realiza­da en blanco y negro por Raoul Coutard, quien te­nía experiencia como re­portero de guerra.

Se rodó con luz natural y sin sonido, ya que las escenas de la calle resul­taban problemáticas da­do el poco presupuesto.

La película no posee un guion estructurado. Se basa en una historia de 1952, que fue el punto de partida para escribir una guía como base pa­ra la filmación.

Godard dedicó su pelí­cula a Monogram Pictu­res, un estudio de Ho­llywood creado en 1930 que producía y estrena­ba filmes de bajo presu­puesto, conocidos como serie B.

Algunas de las curiosida­des fueron tomadas de la página cineol.net

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