En el país reina la calma, de Puro Tejada

Conocí a Puro Tejada hace un par de años cuando me solicitó una entrevista para escribir sobre mi obra poética, como parte de su serie de textos acerca de poetas latinoamericanos radicados en este norte. Es así como iniciamos una lindísima amistad, de horas de cafés y charla acerca de lo que nos conmueve, nos interesa, y nos intriga, de la poesía, principalmente, pero del mundo en general.

Hoy, me toca presentar con mucha alegría En el país reina la calma, su más reciente libro de cuentos, publicado por la editora Sociedarte de Santiago de los Caballeros, en República Dominicana, una edición doble que incluye el libro de cuentos El canto alegre de la muerte, de José Adolfo Pichardo. En esta colección de ocho relatos, el autor nos invita a un viaje; nos traslada a diferentes tiempos y espacios; a su país natal, a sus calles, sus peligros, y también su historia; nos lleva de la mano hasta la profundidad de sus personajes, sus pensamientos, miedos, vidas y muertes y nos trae de regreso a estas latitudes, y nos cuenta sobre Luka Magnotta, para -tal vez- decirnos que en todas partes se cuecen habas y no solo en nuestro tercer mundo. A lo largo del libro, descubrimos a Puro, el poeta, en las imágenes tan bien logradas y en el mundo interior de sus personajes y narradores. Descubrimos al cuentista en la habilidad para construir estas historias, con una simpleza y elegancia que dejan una satisfacción y un deseo de leer más de sus trabajos, a los que él se entrega, con un compromiso natural de quien ama la palabra y no descansa hasta perfeccionarla en cada uno de sus textos.

Amor, política, un asesino viajando libre en las carreteras canadienses, Trujillo, sacrificio, vida y muerte, son algunos de los temas incluidos en la colección.

Este libro, que a partir de hoy debe ser parte de vuestras bibliotecas personales, tiene muchos méritos, pero de los méritos que más quiero hablar, son la constancia, el esfuerzo y el trabajo puntilloso y dedicado, especialmente al ser Puro un inmigrante, ya que vivir en esta enorme ciudad que nos devora a diario y nos vomita reducidos a veces, y enormes también, hinchados de impulso y el deseo de hacer lo que amamos, sin importar que acá no todos hablen nuestro idioma no es tan fácil. Sin embargo, lo que importa es seguir en el camino de la palabra, ponerla en el papel, darle vida y compartirla con quienes ocupan nuestro entorno y realidad actual.

En el país reina la calma, es sin duda una suma de historias muy bien contadas, y el resultado del incansable trabajo de un escritor de cepa, quien, además, se encarga de crear espacios para nuestra comunidad, para manifestar nuestro arte y aprender que siempre hay lugares comunes, aunque estemos en un suelo anglo.