"Palmeras en la nieve", la película y la novela

Al ver la película Palmeras en la nieve (2015), dirigida por Fernando González Molina y basada en la novela de Luz Gabás, logré darme cuenta al fin de los horrores del colonialismo africano, y cómo esta sombra nos acompaña hasta nuestros días. Sin embargo, hoy hay que hablar acerca de cómo estudiar el origen de las cosas nos ayuda a crecer como escritores y personas.

Aunque la película y la novela tengan enfoques diferentes, por lo menos en la película pude notar un tema que por poco pasa desapercibido: El pasado versus el presente. La autora admite que la principal moraleja en sus novelas posteriores (“El latido de la tierra”, 2019) es el no dejarse controlar por la nostalgia. En palabras de la autora: “Estamos hechos de pasado, pero aferrarse a él no es bueno porque no volverá.”

Palmeras en la nieve muestra la historia de Clarence de Rabaltué al intentar descubrir el pasado familiar, compuesto por el matrimonio de su tío, pero destruido en vida por un contexto violento. Vemos en la película cómo la mujer de Kilian se aferra y depende de su pasado amoroso.

Sin embargo, también considero necesario hablar de la disputa entre los ecuatoguineanos y los españoles que convivían en el país, y la increíble desigualdad social que había en esa época. Dicho odio no sólo se manifestó en la película a través del repudio y la explotación laboral, sino a través de la violencia entre ambos bandos. Sería cómo si el pasado y la historia los separara. Esto podría deberse a cómo el contexto en algunos casos es más importante que el personaje, pero ese es otro artículo, que deberá ser escrito más adelante.

Gabás debe su éxito no sólo a sus ideas interesantes y los contextos que plagan a sus personajes, sino también a las moralejas que deja implícitas en el texto a través de sus acciones. Y esto es algo con lo que no sólo escritores históricos, sino muchas personas debemos luchar: aprender del pasado, para conocer nuestro presente, sin aferrarnos a él, como Palmeras en la nieve.