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Teatro

El Entremés de Cristóbal de Llerena en la literatura dramática dominicana

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Bienvenida Polanco DíazSantiago de los Caballeros

La pieza teatral de mayor antigüedad conservada de autor hispanoamericano es Desposorio espiritual entre el pastor y la Iglesia Mexicana escrita por Juan Pérez Ramírez, de México en 1574. La segunda es una obra breve de carácter cómico, importante por cuanto documenta la lengua coloquial de la época al tiempo que revela circunstancias sociopolíticas contemporáneas: un entremés o pieza breve para ser representada en medio de otra mayor escrita por un clérigo de Santo Domingo, catedrático de la Universidad Santo Tomás de Aquino, de nombre Cristóbal de Llerena; se estrenó el 23 de junio de 1588 en el atrio de la catedral, en ocasión de las celebraciones de la Octava de Corpus.

Ambas obras revisten categoría de primicias conservadas y ello les confiere extraordinario valor en la historia del teatro universal.

De los Archivos de Indias salió a la luz el texto inédito de Llerena en 1921 descubierto por el investigador español Francisco de Icaza y publicado en la Revista de Filología de Madrid. Posteriormente se reprodujo en la revista Panfilia, de Santo Domingo, en julio de 1924. El estudio de Fray Cipriano de Utrera publicado en la edición de 1932 de título Universidades de Santiago de la Paz y de Santo Tomás de Aquino y Seminario Conciliar de la ciudad de Santo Domingo en la Isla Española amplió los datos sobre el estreno.

En 1936 Pedro Henríquez Ureña incluyó el entremés íntegro en su libro La cultura y las letras en santo Domingo, imprimiéndole carácter internacional y contextualizándolo. A partir de entonces académicos pioneros en la historiografía del teatro de Hispanoamérica —Dauster, Arrom, Ripoll, entre otros— fijaron el lugar del entremés con la debida autoridad en su calidad de texto sobreviviente del siglo XVI.

Las fuentes primarias asientan tanto el documento como los datos circunstanciales. En una carta del arzobispo de Santo Domingo Alonso López de Ávila dirigida a Felipe II con fecha 16 de julio de 1588 el prelado ofrecía detalles de la vida e instrucción del autor y de los estudiantes que representaron la farsa, e incluía pormenores de otras escenificaciones teatrales de aquellos años. Entre los estudiantes actores figuraban los nombres de Gaspar de Salazar, Diego Sánchez, Juan Jerónimo y Lucas de Robles.

Llerena nació en 1540 “sacerdote y organista de la Catedral y catedrático de Gramática de la Universidad, muy buen latinista, músico de tecla y voz, hombre virtuoso” de acuerdo con los datos de López de Avila; “(…) Versado en Humanidades, maestrescuela de la Catedral, capellán y Rector durante largo tiempo”. Otra carta del arzobispo Fray Andrés de Carvajal de 1571 dirigida al monarca español y encontrada por el historiador Utrera calificaba a Llerena de “Natural desta ciudad, buen mozo, tañedor de la yglesia” y al que se le tenía apartada ya “una de las canongías”.

La Relación Sumaria de Luis Jerónimo de Alcócer añadió numerosos datos designando al clérigo como “Maestrescuela y cathedrático de Retórica”. López de Ávila refiere los hechos que tuvieron lugar con el estreno del entremés por considerar las autoridades administrativas locales que era escandaloso: “(…) parece que tocó algunas cosas acerca del mal reparo que tiene esta ciudad para defenderse de los enemigos. Sintiéronse de tal manera los oidores que a los del presente le embarcaron para el río de la Hacha, llevándolo los alguaciles como a un pícaro y sin darle lugar a que hiciese prevención ni llevarse lo necesario para el viaje. El pueblo le llora (…)”. Tanto la carta del arzobispo de Santo Domingo como la de Carvajal descubierta por Utrera, y las informaciones ofrecidas por Alcócer en su Relación son fuentes señaladas por Manuel de Jesús Goico castro en el ensayo: ‘’Raíz y trayectoria del teatro en la literatura nacional’’ publicado en 1945.

El entremés de Llerena es un texto breve de apenas unas cuatro cuartillas. Su trama vinculaba la negligencia de los mandos jurisdiccionales por lo que adquiere además primacía en este tema de la literatura dramática sobre la invectiva social. Mientras el texto mencionado del mexicano Juan Pérez Ramírez mostró la huella de Juan del Encina; el de Llerena, ligeramente posterior, ostenta el rastro de los pasos de Lope de Rueda en la fuerza cómica de ironía y crítica. El uso eficaz del léxico popular, mordaz, lleno de intención construye una pintura burlesca de la sociedad, festiva y jocosa. Aparecen en principio los dos personajes claves, El Gracioso y el Bobo Cordellate, en alusión a la mala época que exhibía la Colonia española en aquellos momentos.

El Gracioso interpela al Bobo respecto a que ya no tiene el vientre abultado como antes: —“¿Qué se hizo la barriga y el preñado?” —“¿Qué se hizo?” —“Parióse.” —“Y qué pariste?, ¿algún monstruo?, porque de tal tronco no se espera otra cosa”. El monstruo insertado en la corta pieza era una evocación al imaginado por Horacio en su Epístola a los Pisones que fuera el texto esencial de preceptiva del autor romano; engendro con “el rostro redondo hembra, pescuezo de caballo, cuerpo de plumas, la cabeza de peje”. Más adelante el segundo alcalde aclama que —“(…) en semejantes tiempos permite Dios estos portentos y prodigios para aviso de los hombres, y pues están aquí los aríolos, inquiramos lo que pronostica este monstruo”—.

El monstruo actualizaba las ganancias materiales que ya no eran tan abundantes en la isla, y se alude como causa indirecta de tal circunstancia al saqueo de que había sido objeto por parte del pirata inglés Francis Drake. El manejo escénico ágil y ameno hace del entremés escrito por Llerena una pieza interesante en la que alternan jocosamente personajes de la antigüedad clásica grecolatina con tipos contemporáneos; una fina sensibilidad para la mezcla equilibrada de lenguaje popular con giros cultos sobre una plataforma teatral caricaturesca de intención satírica, revela la impronta de las farsas de Gil Vicente.

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