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Historia

Alicia Baroni: “Si volviera a nacer, volvería a ser banileja”

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Laura Ortiz GüichardoSanto Domingo

Desde los 11 años los escenarios son parte de su vida. Alicia Baroni es una cantante, compositora e intérprete que pese a haber nacido en San Cristóbal, al día siguiente ya estaba instalada en el pueblo que la vió nacer como artista: Baní.

Ella siempre estuvo rodeada de gente talentosa y creativa. Su madre fue profesora, escritora y cantante, mientras que su padre era un artesano que por espacio de treinta años se dedicó a la fotografía. Tal vez, sus orígenes familiares incidieron en su inclinación el arte.

“No había una reunión familiar que no terminara en boleros o poemas. Tanto mi madre como mis tías compartían ese amor inexplicable por la música, por lo que para mí siempre fue normal y era lo que quería seguir”, dice.

Eso quedó evidenciado cuando con apenas 12 años ya componía sus propias canciones y tocaba pequeños acordes en una guitarra que su padre le había diseñado.

Durante su primera juventud aprovechaba cada mínima oportunidad para demostrar a su pueblo lo que bien reza el dicho de “lo que se hereda, no se hurta”.

Y emocionada relata: “Me encantaba el show. Siempre me ofrecía para cantar en veladas escolares y actividades de la comunidad”. También recuerda cómo pasó su niñez y adolescencia sin grandes complicaciones, ya que “en esos tiempos todo era muy sano”.

Al cumplir los 17 años se vió forzada a salir de su Baní para estudiar una carrera universitaria y hacerse profesional. Como el arte no era considerado una carrera de la cual se pudiera vivir, tuvo que dejar de lado su gran talento para complacer a los demás.

Sobre sus estudios, señala: “Siempre supe que el arte era mi pasión. Sin embargo, tuve que estudiar Psicología Clínica en la universidad, porque en ese momento la música solo se veía como un pasatiempo”.

Uno de sus mayores retos fue adaptarse de la vida de pueblo a la de ciudad, según dice, porque sus padres se quedaron viviendo en Baní, aunque dos años más tarde también se movieron a la capital.

Tiempo después, se graduó de Psicología Clínica de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Si bien admite que nunca llegó a ejercerla, con el tiempo considera que esta le ha servido para analizar desde otra perspectiva sus canciones, ya que se ha dado cuenta de que muchas de las historias reflejan su estado de ánimo en determinados momentos o cosas que le hubieran gustado vivir.

Actualmente, continúa viviendo en la capital junto a su esposo, José Peguero, pero eso no quita que se haya olvidado de sus raíces, sino por el contrario: cada día se siente más orgullosa de haber crecido en Baní, pueblo que define como maravilloso y lleno de gente laboriosa y honrada.

“Si volviera a nacer, elegiría volver a ser banileja”, comenta, con una sonrisa de orgullo por la tierra donde creció: “No hay forma de que me olvide de mis raíces. Siempre que puedo voy de visita, aunque la verdad es que me da mucha tristeza ir y no encontrar a mis vecinos o amigos de la infancia”. Sus palabras dejan escapar algunas lágrimas que desde hace rato estaba intentando contener. Entre sus memorias recuerda que cuando aún residía en Baní, específicamente en la calle Uladislao Guerrero número uno, su casa quedaba a una cuadra del parque del sector, a donde iba con sus amigos todos los días, para degustar los famosos helados de doña Consuelo, que vendían en el colmado de Vetilio Valera.

Logros La canción ‘De repente’, de la autoría de José Peguero, interpretada por Baroni, resultó ganadora del Festival Internacional de la Canción de Punta del Este, en Uruguay, en 2012.

En aquel evento, y representando a República Dominicana, participó junto a figuras de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Panamá y Paraguay, entre otros países de habla hispana.

En Santo Domingo fue ganadora por tres años consecutivos (1995-1997) de los Premios Casandra, actualmente Premios Soberano.

En 2005, Baroni cantó a dos voces con un artista japonés un tema en conmemoración del holocausto producido por el estallido de la bomba que afectó a Hiroshima. Y para hacerlo, viajó a ese país asiático para interpretar la pieza musical en idiomas español e inglés, en un concierto por la paz.

UNIDOS POR AMOR AL ARTE Es precisamente el arte lo que unió las vidas de Alicia Baroni y José Peguero, hace ya 25 años. Se conocieron en un hotel para conformar la Sociedad de Autores Dominicanos.

Baroni acababa de salir de un divorcio, pero eso no impidió que Peguero, también compositor, se interesara en ella.

Con el tiempo, empezaron a compartir cada vez más, hasta que sin darse cuenta ya habían puesto fin a una relación amistosa para dar paso a lo que sería una unión amorosa que perduraría décadas.

Aunque muchas de sus canciones las compusieron juntos, admiten que al principio cada quien escribía por su lado.

Lo que ha permitido que lleven una relación en conjunto con sus carreras artísticas, es el respeto que cada uno tiene por el otro y el apoyo incondicional que se dan mutuamente.

Canción en homenaje a su pueblo “ Cucurucho de Peravia”, nombre que hace referencia a una loma con apariencia de volcán, que se divisa a la entrada de esta ciudad, es la canción con la que Alicia rinde tributo a su adorado pueblo.

“Mi hermoso y gigante cucurucho de Peravia, me diste las alas para amar y volar.

Hoy desde tu cima con ternura puedo ver a mi adorado pueblo al que nunca olvidaré”.

Esta es una de las estrofas de la composición, escrita e interpretada por Alicia, en donde expresa su gratitud con el pueblo que la vió crecer, mientras recuerda parte de su infancia y su vida.

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