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Cine

La buena esposa

No estamos frente a una gran película, pero sí ante una gran actriz. Glenn Close sabe su trabajo y sin miramientos se metió en la piel de una mujer que sacrificó su vida. Ella se supera a sí misma. La cámara se encarga de retratar para la posteridad esos primeros planos donde su rostro expresa diversos sentimientos, desde los más oscuros hasta los tristes, desde su fingida sonrisa hasta su furia.

La cinta es más teatro que cine. Es decir, es más literatura que imágenes en movimiento. Se incluyen subtramas inconclusas, personajes que entran y salen como postales turísticas, estereotipos dramáticos ya superados, gestos, miradas conductas, exabruptos y hasta pleitos que ni van ni bien dentro de una historia cuyo propósito debió de haber sido el retrato del mundo interior de una mujer que confundió su amor por un hombre con su encarcelamiento intelectual.

Cuando el filme crece es porque salen a la luz los fantasmas del alma de los protagonistas. Lo demás es drama innecesario, turismo barato y diálogos sin razón.

Tal vez impacte el suntuoso banquete en la ceremonia de Estocolmo donde el director aprecia la vanalidad de un mundillo clasista y seudo intelectual. Pero mucho más que el descubrimiento de una crítica a esa atmósfera falsa y falta de entramado es la propuesta que ofrece la cámara del rostro de Glenn Close dentro de aquella aureola y cómo va cambiando de colores mientras escucha el discurso de su laureado esposo.

“La buena esposa” mereció un mejor guion. Una perspectiva con agallas para poner en su lugar cada una de las artes que aquí están en juego.

No estamos frente a un espectáculo de ramificaciones cinematográficas. Pero la actuación de Glenn Close bien merece sentarnos en la butaca durante cien minutos. No solo por la lección de cine que da, sino por el coraje de sacar a la luz, tal vez, en el momento menos oportuno, el terrible secreto que condenó su vida al ostracismo.

El escritor que escribe solo para publicar, es una falacia. El verdadero escritor lo hace para que su alma no muera. Aunque detrás de esta dicotomía se esconde una gran verdad: si no se es leído, no se es un escritor.

Ficha técnica: País: Reino Unido. Año: 2018. Duración: 100 minutos. Director: Bjorn Rugen. Guion: Jane Anderson sobre una novela de Meg Wolitzer. Reparto: Glenn Close, Jonhatan Pryce, Christian Slater, Max Irons y Harry Lloyd. Premios: Globo de Oro: Mejor Actriz (Glenn Close). Premios Oscar: Glenn Close nominada a Mejor Actriz. Sinopsis: Una buena esposa con cuarenta años de matrimonio hace realidad el lema que reza: “Detrás de todo gran hombre se encuentra una gran mujer”. Cuando el matrimonio viaja a Suecia a recibir el Premio Nobel de Literatura que ha ganado su esposo, se desata la caja de Pandora.

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