MUSEOGRAFÍA
Un Museo para la eternidad
Recientemente fue inaugurado el Museo Sacro de la Ciudad de La Vega, una obra de relieve internacional que magnifica la importancia de esa localidad ante la cultura del mundo.
Se logró. Fueron años donde la ficción suplía la realidad. Donde los recursos no existían. Donde las emociones parecían efímeras. Pero se logró. El Museo Sacro, de la ciudad de La Vega, es una realidad que nos prestigia ante el mundo. Allí se encuentran los tesoros de la Iglesia Católica de varios siglos celosamente guardados por Monseñor Juan Antonio Flores Santana y otras autoridades eclesiásticas que consagraron su vida para preservarlos. La devoción del ingeniero César Arturo Abreu y el nivel profesional de su equipo de trabajo, hicieron posible la construcción de un templo que nada tiene que envidarle a cualquier otra edificación de su tipo. Con una colección que va desde el siglo XIV hasta el siglo XX, (menos de 700 años de antigüedad). La más antigüa data de 1300-1399. Historia La Vega, ciudad pionera del país que guarda consigo gran parte de nuestra historia socio-cultural, más allá de su peculiar belleza y aire carnavalesco, adornado con verdes llanuras y sierras, es considerada como la entrada de la fe cristiana al nuevo mundo. Cristóbal Colón y los españoles trajeron la cultura y religiosidad de su pueblo. Fue nombrada así por El Almirante al fundarla, quien la comparó con una gran Vega española, que significa verde llanura, el sendero de la fe que conquistó la isla (habitada por indígenas que ya estaban organizados en todos los aspectos de una pequeña civilización), y el “nuevo mundo”. Aquí erigió la primera iglesia de América. No importa la doctrina que se profese, la historia es la más grata de las demostraciones, los libros y los vestigios que se recopilan con el tiempo son la muestra de la autenticidad y de que esta perdure. Por ello, y con la visión del obispo Monseñor Juan Antonio Flores Santana, quien recopiló un vasto atesoramiento de la cultura indígena, la fe católica, con la conquista de los españoles que hoy existe el Museo Sacro, recientemente inaugurado, ubicado en los alrededores del centro de La Vega, es una muestra de que se puede atesorar los bienes que representan un país, y mostrárselos a las generaciones. Un visionario: Monseñor Flores Desde el inicio de su obispado en los años 70, y por más de 50 años, monseñor Antonio Flores Santana, recién fallecido, se dedicó a guardar memorias, investigar y recopilar piezas históricas de la religión por la que fuimos conquistados. En este reciente y preciado Museo Sacro se conservan algunos hallazgos de nuestros aborígenes, piezas que datan desde el siglo XIV hasta el XX, pinturas, retratos, entre otras. La inmensa mayoría atesorada por Monseñor Flores. No es hasta el 2010, gracias a la acogida del proyecto por el Ministerio de Turismo que se hace el edificio, bajo el diseño del arquitecto Ariosto Montisano, vegano, y más adelante con la asesoría científica de una museógrafa dominicana, Isabel María serrano, en colaboración con el arquitecto Raúl Morilla, otras personalidades del pueblo, y un equipo de expertos montaron todas las piezas, las clasificaron y restauraron. Un largo proceso para que hoy, con pocos días de inaugurado se pueda apreciar tan majestuosa colección, con características museográficas y de conservación de primera, sin nada que envidiarle a países desarrollados. “Aquí no hay improvisación en nada, todo se ha hecho con los mejores procesos propios de un trabajo como este” destacó César Abreu, asesor histórico- cultural de la vega. Abreu, quien ofrece de primicia todos los detalles al Listín Diario, expresa como vegano su satisfacción al ver concretado ya en un museo la visión de Monseñor Flores.“Nuestro obispo (monseñor flores) era un visionario, sabía lo que hacía, él entendió que la transcendencia histórica- religiosa de la vega tenía una primacía en América, porque aquí empezó todo”, relata. “Por La vega entra la fe cristiana”, sostiene el historiador al señalar el sendero de la fe (la peregrinación religiosa) que hicieron los españoles para traer la fe católica, además de su cultura y conquistar a los indígenas, nuestros primeros pobladores, y próximamente el nuevo mundo descubierto. Este sendero de la fe empieza en lo que hoy se le llama La Vega vieja, llamada de esta manera a la ciudad que fundó Colón el 8 de diciembre de 1494, pero destruida por un terremoto, el 2 de diciembre 1562, luego el Santo Cerro, donde colocaron la Santa Cruz, junto a la iglesia, que está en renovación, y donde se hace el museo del Padre Fantino, similar al del Sacro, y por último, lo que hoy es La Vega, donde se sitúa el museo. En esta mencionada ruta que siguieron los conquistadores se lleva a cabo el proyecto de construcción de museos y remozamientos de las iglesias, que son símbolo religioso y cultural de la ciudad. "Es la Vega pionera en la incorporación de la fe católica, y la muestra es palpable, la formación del Fraile Padre de las Casas, el primer obispo, los primeros macorizados, entre otros", destaca.Riqueza HistóricaLos objetos con que cuenta esta galería son de un valor incalculable, por la trascendencia histórica, cultural y religiosa no solo del país, sino también de América. Se conserva el cuadro de la Virgen de la Antigua. Es un óleo del siglo XVI y estilo Renacentista, muy apreciado por los devotos.Copias cartográficas que simulan la travesía que hizo El Almirante, entre otros detalles interesantes.La visita es para todo público, guiada por el joven Gregorio Mármol. Expectativas“La gente no tiene idea de que esto existe en la vega, no tiene nada que envidiarle a los grandes museos, por eso es nuestro interés en destacarlo, para que sea visitado y apreciado”,comenta Abreu. El museo Sacro se entregó a una comisión para su preservación, respaldaba por la iglesia, empresas, el Ministerio de Turismo y el pueblo vegano que tienen todo el interés para que sea cuidado. “Esperamos que esto sirva para que las nuevas generaciones vengan y aprendan cual es el sentido de la religiosidad nuestra, y también reivindicar la posición de La Vega como la entrada a América de la fe cristiana” concluye Abreu. Enhorabuena por esta novedad de interés social, cultural y religiosa que nos reivindica como la ciudad primada de América.