POR SU PROPIA CUENTA

La bohemia

Yuniris Ramírez: “Estoy en esto porque soy una soñadora. Un día desperté leyendo y ya no me pregunté por qué… no había necesidad, no he podido hacer otra cosa”.

Indhira Suero
Santo Domingo

En la biblioteca de un campito de San Juan de la Maguana, una niña devoraba libros de William Shakespeare, Julio Verne, Miguel de Cervantes, Charles Dickens, Mark Twain y Lewis Carroll.

A pesar del polvo y descuido que reinaban en el pequeño espacio, la mente de Yuniris Ramírez Familia se iba lejos de aquel lugar del Sur profundo y mediante la literatura viajaba junto a Alicia en el País de las Maravillas; también se unía a las locuras de Don Quijote y daba La vuelta al mundo en 80 días.

Ser la única que leía en aquel lugar rindió sus beneficios.  En 2007 resultó campeona de la Olimpiada Nacional de Lectura y ganadora en el Concurso Primer/ Primera Estudiante en Lectura por Televisión. Después de ese año los lauros han seguido.

Capítulo I
A Yuniris no le gusta que sepan cuán sensible es. Por eso señala, desde el principio de la entrevista, que detesta encontrarse cara a cara con los periodistas. Prefiere enviar las respuestas por mail, aunque reconoce que no es igual. A pesar de esto, mientras se desarrolla la conversación, deja que la conozca un poco más y se muestra como un libro abierto. “Dicen que leer tiene muchas funciones y en este caso para mí fue de evasión”, comenta.

“Empecé leyendo cuentecitos en la biblioteca pública de la Escuela Primaria Hato Nuevo”. Luego me interesé por la literatura juvenil y después pasé a la de aventura. Soy lectora de bibliotecas hasta la actualidad”, dice con orgullo.

Ramírez posee la convicción de que su introducción al mundo de las letras fue un “buen accidente”. Recuerda que en su casa no había libros y que nadie de su familia la motivó a leer. “La vida en el campo es muy llana y no está relacionada a la lectura. No tuve ni siquiera un profesor que me incentivara, más adelante si se interesaron e incluso, la bibliotecaria óque no entendía nada de literaturaó le pedía al director que me dejara llevar los libros,  porque me veía con ese interés” asegura.

Capítulo II
“Participé en las Olimpiadas de Lectura, mientras vivía en Sabana Perdida. Era la única que leía del curso órevelaó. Un día llamaron a mi profesor de literatura para que enviara a un estudiante a las Olimpiadas del Distrito Nacional, el llamó a su alumna preferida y le indicó que quería que ella fuera a representar el centro. Ella le dijo: profe, pero si yo ni leo, dígale a Yuniris”.

Después de ahí Ramírez participó en la etapa distrital, luego ascendió a la regional y a partir de ese momento contó con la ayuda de la técnica del distrito, que se tomó muy en serio su preparación para la competencia: “Me llevó a su casa y me prestó libros.  Ella me apoyó y creyó en mi valor”.

Más tarde, llegó a la Olimpiada Nacional de Lectura 2007 y venció, en representación de la provincia Santo Domingo. 

Además ganó en ese año el Concurso Primer/ Primera Estudiante en Lectura por Televisión, convirtiéndose en la única estudiante que ha ganado las dos versiones de las Olimpiadas Nacionales de Lectura. 

Capítulo III
¿Qué carajos haces tú con la literatura en este país? Esta es la pregunta que Yuniris se hace todos los días. “En la universidad empecé a estudiar Economía, luego Comunicación Social, pero todo lo que imagino está cerca de un libro y por eso me  cambié a la carrera de LetrasÖ Antes no me daba miedo dedicarme a esa profesión, ahora sí”, confiesa.

Con palabras un poco duras, Ramírez retrata los retos que, a su parecer, enfrentan los escritores dominicanos. “Puedes ser lo que quieras, pero que alguien me enseñe hasta dónde ha llegado. Aquí no hay un Julio Cortázar, que sus obras llegaban a todas partes del mundo; incluso a novelistas y poetas de países más pequeños los conocen más que a los nuestros. Uno no se dedica a la escritura por ambición, pero esperas que te lean y que no solo sean tus vecinos o tus amigos”.

Capítulo IV
En el 2012 empezó a escribir poesía y narrativa. Envió dos cuentos al Premio de Cuento Joven Feria del Libro 2012. Con la “La conversión de los objetos”, obtuvo el primer lugar en el certamen y con “Y después, el frío” quedó como finalista.  

En abril de 2013 obtuvo el segundo lugar en el concurso de cuentos Radio Santa María, por “¿Puedes mirar debajo de la cama?”. “Este fue mucho más desafiante porque participan personas de todas las edades y en el de la Feria solo son jóvenes, competí con personas que han ganado varios premios y que son hasta profesores de literatura. Gané a los 22 años y ahora tengo 23”, afirma.

Según sus palabras, el futuro de una persona depende de lo que quiera. “Tanto en la escuela, como en la universidad, me dieron clases debajo de una mata de mango y aprendí mucho. Lo que desees lograr no tiene que ver con las circunstancias, lo importante es el individuo”.  

Capítulo V
“Imagino que en alguna parte del Sur hay una niña leyendo libros como yo hacía, hace 15 años. Pienso que las autoridades estatales deben de hacer algo para descubrir talentos en los centros educativos y darles el apoyo que tanta falta les hace”, comenta. “Supongo que algún día las cosas van  a cambiar en ese lugar tan lejano”, agrega. 

En ninguno de los cuentos que ha leído Yuniris aparecen historias sobre niños que todos los días tienen que caminar horas para llegar a sus escuelas. Más, la campeona no necesitó de libros para ver esta realidad en Hato Nuevo, distrito municipal de su natal San Juan. 

“Para esos niños que no tienen oportunidades lo más indicado sería que les construyan bibliotecas, o mejor que reparen las que existen. A mí me salvó una, lamentablemente estos locales no le importan a nadie”, expone. 

Capítulo VI
Dentro de sus planes, Yuniris dice que quiere convertirse en escritora y viajar por el mundo. “Supongo que me voy a entretener haciendo otras cosas y las voy a hacer bien, pero el fin último de estudiar Letras es porque quiero escribir. Me gustaría dar clases en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), mientras tanto trato de mejorar mi narrativa, hacerla mejor cada día, dice.

Con firme convicción la joven afirma que prefiere que conozcan sus obras en otras naciones y no en su país. “La mayoría de dominicanos no lee, espero que eso cambie... no sé qué esperar óasegura con pesaró. Prefiero un público que admire mi trabajo y que lo reconozca en su justa medida”.   

Si de algo está segura, es que vivir en suelo criollo no está en su futuro. “No pienso permanecer aquí, es muy idealista quedarse, no tengo que hacerlo eso es mucho nacionalismo. Es un poco triste”, confiesa. “Me gustan las ciudades caóticas, donde hay mundo, vida, algo como México, algo más bohemio y artístico. También quiero ir a Chile o Argentina, no se para dónde, pero me iré. 

Y con esta decisión, quizás sin saberlo, se une a los cientos de cerebros de República Dominicana que se escapan al extranjero cada año, en busca de oportunidades o, tal vez, de una mejor vida.