Performance
Conciencia emergente
La artista visual franco-argelina, radicada en República Dominicana, Sarah Haddou presentó en el Museo de Arte Moderno (MAM) un performance que explora sentimientos a través de instalaciones, fotografías, vídeos, pinturas y esculturas
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Una nueva forma de hacer arte se adueña de República Dominicana. Bajo el nombre de ‘performance’, varios criollos y extranjeros transmiten sus ideas y visiones del mundo de manera diferente. “Esto me permite poner a prueba mis propias limitaciones y me atrae por la experiencia que ofrece, tanto al artista como a la audiencia, creando un puente o conexión entre ellos y volviendo mucho más accesible la idea que se le transmite al espectador ya que primeramente se procesa vía la sensación”, explica Sarah Haddou, quien presentó en el Museo de Arte Moderno (MAM), la muestra “Conciencia Emergente”..
¿Qué te motiva a realizar performances?
Desde que descubrí el arte performance hace dos años, durante mis estudios en Altos de Chavón, la Escuela de Diseño, supe que esto iba a satisfacer mi alma de artista. Allá conocí a mi maestro, ahora mi curador y amigo Raúl Miyar, Director del Departamento de Bellas Artes en Chavón que tomó muy en serio mis intuiciones nacidas durante mi año de tesis, lo cual, gracias a su gran apoyo, ayudó a desarrollar mi concepto del performance.
También le quiero agradecer al Señor Steven Kaplan, Rector en Chavón, por haber creado un taller de performance guiado por los artistas internacionales Regina José Galindo y David Karmadavis quienes me sirvieron de inspiración.
¿En qué consistió tu presentación del Museo de Arte Moderno?
La muestra “Consciencia emergente” estuvo inspirada en el performance “Intocable” que realicé en 2012 en donde elimine todo contacto físico humano durante dos meses. La experiencia de separarme físicamente de los demás me recordó a los muros y las construcciones que existen en el mundo, lo que me llevó a pensar que todas estas barreras y fronteras, ya sean imaginado o reales, nos sumergen en un mundo de cápsulas nutridas por el temor de lo desconocido o lo diferente y perpetúan la separación y el aislamiento.
Estoy tratando el tema, la pregunta o la confusión de ¿quien realmente es el enemigo? El otro o uno mismo.
En esta primera muestra en el MAM, exploré el concepto a través de diversas técnicas incluyendo pintura, fotografía, escultura, instalación y performance en vivo, el cual consistía en una torre de lana de 20 pies de alto y de 150cm de diámetro, dentro de la cual me desvestí y permanecí desnuda durante cuatro horas y media tejiendo un traje tipo armadura medieval con el mismo hilo de la torre que me sirvió para salir de mi espacio “protegido” y enfrentar al público.
¿Cómo fue la respuesta del público?
Superó mis expectativas... No solamente la audiencia se quedó hasta el final del performance, sino que realmente se conectó e identificó al concepto. Los días siguientes recibí muchos mensajes del público contándome cuanto les había afectado la exhibición.
Si puedo tocar a una sola persona con mi arte, esto para mi ya es un éxito.
¿Qué no debe faltarle a un buen performista?
Valor, ideología, anticonformismo y pasión por el reto.
Luego de esta presentación, ¿Qué planes tienes con tu carrera?
A corto plazo: realizar los proyectos que escribí paralelamente a este último. A largo plazo: cambiar mi mundo logrando vivir fuera de mi zona de confort con la frase de mi filosofo predilecto Friedrich Nietzsche: “El hombre es algo que debe ser superado” la cual hice mi leitmotiv de vida.