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Conocimiento

Por la cultura e identidad

Un propuesta, dirigida a los niños, que busca aportar al conocimiento y valoración de la herencia, ancestralidad e identidad cultural afrodescendiente

Dos mujeres decidieron rescatar la identidad y valores culturales de la infancia en República Dominicana. Mediante un discurso sencillo y novedoso, las actrices Clara Morel y Solanyi Gómez se pusieron como reto enfrentar el poco conocimiento que poseen los niños y niñas del país sobre sus propios orígenes y herencia. Además, presentan la propuesta “A la escuela voy como soy”, con el objetivo de combatir la discriminación racial en los centros educativos. ¿Qué opinan que hace falta en RD, en cuanto al tema de la inclusión y la discriminación racial?Hace falta crear programas que apoyen a las poblaciones excluida y marginadas, pero no desde el asistencialismo, desde el empoderamiento. Dar oportunidades, dar herramientas para que las personas sean los actores de su desarrollo. ¿En qué consiste el proyecto Árbol Maravilloso?Es una propuesta creativa que integra elementos de la narración oral tradicional con las más novedosas formas de contar. Nuestro objetivo es promover el respeto a los derechos, necesidades y sueños del niño y la niña utilizando la narración oral y otros recursos teatrales como herramientas de comunicación, también aportar al conocimiento y valoración de la herencia, ancestralidad e identidad cultural afrodominicana y caribeña. ¿Por qué elegir el teatro para desarrollar el proyecto?La narración oral es un poderoso medio de transmisión de saberes, invita a la reflexión sin abandonar el juego, es una herramienta mágica que nos enseña a vivir mejor la realidad a través de la fantasía. Los niños y niñas no son simple espectadores, no les gusta ser pasivos, el teatro es un arte de puertas abiertas, nos permite integrarlos, hacerlos parte de lo que se cuenta, hacerlos vivir la historia y al mismo tiempo aprender de cada uno. ¿De qué trata la propuesta “A la escuela, voy como soy”?Es una campaña que tiene como objetivo sensibilizar sobre el respeto a la diversidad e identidad de los niños y niñas en centros escolares de República Dominicana. Buscamos generar un dialogo sobre la desconstrucción de las diversas formas de discriminación y exclusión de la población afrodescendiente en espacios de formación. También, promover el valor de la autenticidad y proyectar la poderosa belleza de la expresión identitaria afrodominicana. ¿Qué las motivó a tratar este tema?Como facilitadoras de talleres de artes, coordinadoras de proyectos dirigidos a niños, niñas y adolescentes, o bien como artistas del teatro cuya propuesta está enfocada mundo infantil, hemos tenido la oportunidad estamos en contacto constante con niños, con el entorno escolar. Sin estar en conflicto con la ley o en situación de calle, aun siendo parte de familias muy bien estructuradas, cuya condición económica es más o menos estable, hemos visto a lo largo de estos últimos dos años niños, niñas y adolescentes muy agresivos en su trato, haciendo uso constante de un lenguaje despectivo, dispuestos a maltratar física y verbalmente a cualquier compañero para resolver hasta las más mínima diferencia. ¿Qué se debe fortalecer en el programa de clases de las escuelas dominicanas?Más que acumular información el proceso educativo debe enseñarnos a razonar, a ver nuestra realidad con ojos críticos, darnos herramientas para aportar, entender, resolver. En las escuelas se forman los ciudadanos y ciudadanas. Lamentablemente, en el país no creo que tengamos muy claro el perfil del ciudadano que queremos formar, no creo que tengamos claro el perfil humano de esa persona. La educación en valores no es un tema exclusivo de la familia, la escuela debe involucrarse. ¿Somos racistas los dominicanos?Me encanta la opinión que sobre este tema tiene la Dra. Celsa Albert. Ella afirma que los dominicanos no son racistas, simplemente no conocen su historia. ¿Qué importancia posee el mensaje que transmiten, tanto para padres como para los niños?Hablamos de la autenticidad como valor. Querernos tal como somos, significa también amar nuestra historia, personal, familiar, social, nuestras tradiciones, significa estar en capacidad para dar lo mejor de nosotros. Si no enseñamos a nuestros niños a respetar y amar profundamente lo que son, tendrán dificultades para respetar, para amar a otros y otras, para reconocerse como seres valiosos. Es importante establecer este lazo, que nosotras comparamos con las raíces de un árbol, mientras más fuerte sean las raíces el árbol podrá llegar al cielo y sostenerse. Lejos de sentir vergüenza, el conocimiento y valoración de nuestra cultura afrodescendiente nos engrandece. ¿Piensan que la sociedad dominicana ha cambiado su percepción en cuanto al tema de la raza?Claro. Muchas personas han accionado para este cambio, han desarrollado una labor para visibilizar y valorar la cultura, la historia afrodescendiente, para empoderar a los negros y negras dominicanas, para informar, pues el prejuicio es desconocimiento, miedo o rechazo a lo que se ignora. Es justo reconocer a los activistas, a los y las artistas, a las instituciones que han sembrado, que hoy hacen posible que tengamos una sociedad que empieza a reconocer multiculturalidad. Y antes que todos ellos y ellas, miles de hombres y mujeres cuyas luchas y victorias personales, incluso las más simples y modestas, las que se libraron frente a una bandeja de dulces, en un batey o un fogón, esos también han sido determinantes. Desde luego, resta mucho por caminar, hay que desconstruir practicas malsanas, desmontar el discurso de la negación tan arraigado desde la época de la dictadura trujillista, incluso legislar para que la igualdad, el reconocimiento y disfrute de nuestra multiculturalidad sea un principio real, educar para la diversidad, para la comprensión y valoración de las diferencias. Falta mucho, pero ya caminamos.

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