LITERATURA
Junot Díaz traducido al coreano
SU NOVELA “LA MARAVILLOSA VIDA DE OSCAR WAO” SE COMERCIALIZA, DESDE FINALES DE 2009, EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS DE SEÚL, COREA
La librería Kyobo es el principal centro de comercio del libro de Seúl. Ubicada en planta baja de una populosa torre en el centro de la ciudad, abre sus puertas de domingo a domingo. De alguna u otra forma, los 48 millones de coreanos han sido sus clientes a lo largo de los años cuando han requerido publicaciones, películas y útiles tecnológicos, que en otros sitios se han agotado. Allí la principal demanda es el libro en idioma coreano. Los coreanos leen constanmente no solo por placer, ni por demanda espiritual, sino porque constantemente se superan. Un 98.4 porciento de la población está alfabetizada. Por eso es muy común ver salir a los usuarios de la librería con literatura de diverso tipo. Pero también se venden libros en varios idiomas como el inglés, español, francés y mandarín. Para cada idioma hay una sección especializada donde se concentran obras de miles de autores universales. República DomincanaEl orgullo patrio despierta en el visitante dominciano cuando descubre a la venta, en una de las góndolas, la novela “La maravillosa vida de Oscar Wao” traducida al coreano y que ha tenido una buena demanda en los dos años que lleva a la venta, según informa la señorita Kim, empleada encargada del área de libros en idioma local. “Se han hecho varias ediciones de esta novela, no recuerdo cuántas, porque aquí hay muchos libros, pero de este libro ganador del premio Pulitzer, a pesar de que ya ha pasado de moda todavía hoy se venden ejemplares a un promedio de 30 ejemplares al mes”, dice. Ella no se percató que Díaz es dominicano: “No, no recuerdo que ningún escritor de la República Dominicana haya sido traducido antes al idioma coreano, creo que este es el primero, al menos, con una obra integrada al sistema comercial por una gran editora de Corea”, conluye. La sorpresa y satisfacción del visitante insular crece también al comprobar que, en la sección de libros en inglés, se comercializa también esta obra literaria ganadora del Premio Pulitzer de Literatura: “Es que en Corea se lee mucho en inglés, el segundo idioma, y muchos jóvenes prefieren la lectura en esa lengua primero, para compararla con la traducción”, apunta la señora Jong, empleada del área de idiomas. Complejidades en la traducciónEl Hangeul es el idioma oficial de Corea y dialecto que tiene especial significado a la hora de llevar literatura de otras lenguas a él. La traductora e intérpreta Agatha Yoo, quien ha llevado a esa lengua numerosas obras literarias, nos comenta: “El Hangeul es un idioma muy rico en la expresión del sonido. En idioma español, a veces no hay expresión de sonido en las construcciones literarias que sea equivalente de lo que se está leyendo en coreano”. De sus palabras se desprende que esa lengua, además de su riqueza, posee un tipo de expresión muy delicado. Al preguntar sobre esta idea, ella me responde con un ejemplo: “En la literatura coreana, uno lee que la puerta se abre y se cierra silenciosamente, pero en coreano hay una expresión que se refiere al sonido que se escucha cuando esa puerta se abre o se cierra; es una sola palabra que el lector coreano necesita para entender que esas acciones se realizaron de manera silenciosa a diferencia de cuando la puerta se abre o se cierra con crujidos o con obstáculos”. Ella pone otro ejemplo: “Cuando el bebé duerme al lado de la ventana en verano, por ejemplo, su sueño es agradable porque es en silencio, muy diferente que cuando lo obligan a dormir a la fuerza o con regaños”. Ella entiende que este tipo de elemento en la traducción se tomó en cuenta a la hora de llevar al Hangeul, la novela de Junot Díaz. Sin embargo, la mayor dificultad es a la inversa, cuando una obra coreana, llena de esos elementos, tiene que ser traducida a otras lenguas. Por eso concluye la lingüista Yoo: “Una novela o un poema coreano es muy difícil de traducir porque entre miles de expresiones, solo se escoge una para trasmitir un significado acorde con la acción que se ejecuta. Por ejemplo, cuando se traduce la frase “un chorro de agua en su intensidad”, el idioma Hangeul obliga a escribir se ese chorro es leve, fuerte, entrecortado, etc”. PRECIOS DE LOS TEXTOS Los libros coreanos son caros en comparación con los paises en vías de desarrollo. La novela de Junot Díaz, por ejemplo, cuesta unos 25 dólares. Hay muchos libros por encima de los cien dólares, de acuerdo a la novedad de su aparición o a la complejidad de su tema, o a la rareza de su contenido. Los libros de lectura masiva tienen un precio que oscila entre los 20 y los 30 dólares. Esto es así porque el nivel de vida del pueblo coreano lo admite, si tomamos en cuenta que el salario mínimo que reciben sus ciudadanos es de 900 dólares mensuales. Para ellos, comprar libros no es un lujo, sino una necesidad permanente de autocrecimiento.