DESDE LA ÚLTIMA BUTACA
The host
Con esta película, la República de Corea le mostró a Hollywood que su industria de cine es abarcadora y competente. Puede hacer películas del género fantástico con calidad y recursos de la alta tecnología, en busca de una puesta en escena que incorpore ideas coherentes a sus rigurosas imágenes. Después de su brillante película “Crónica de un asesinato”, Bong Joon-ho se enroló en esta historia de un monstruo que aparece y desaparece en busca de destrucción y muerte al estilo de Godzilla, y si logró convertirla en una obra memorable se debe a que nunca abandonó en su discurso el tono de parodia, ese que convierte al terror en divertimento y a la tensión en nostalgia. La parodia obliga al espectador a no estar sujeto al protagonismo de los actores y de incorporar a la trama el humor oriental que mueve la risa no en función de comicidad, sino de desconcierto. La parodia reduce al absurdo la emoción y le recuerda al espectador que se encuentra frente a un material de pura diversión. Esta visión enriquece su ética fílmica al plantear un interesante proceso de deconstrucción argumental. El espectador, sin dejar de admirarlos, no puede tomar en serio los bemoles que presencia, porque el proceso fílmico alcanza una estética que se esmera no solo en las secuencias en las que aparece el monstruo, sino en todo el entramado dramátiaco. La fotografía fue concebida bajo la llamada estética de la realidad, con planos largos y detallados, y movimientos de cámara que parecen imposibles y que a ciencia cierta no son más que un pretexto para otorgar un toque de realidad a la fantasía argumental. El filme es extenso y su guión, en determinados momentos, se vuelve anecdótico e incoherente por carecer de un ordenamiento conceptual. Las escenas con efectos especiales son reseñables e inspiradoras, teniendo en cuenta que no nos hallamos ante una superproducción de Hollywood. En esta película, la criatura no aparece, como suele ser habitual en occidente, en lugares tenebrosos, sino a plena luz del día; la música no se adecúa a las imágenes; el terror no va unido siempre a la destrucción, y todo esto es de agradecer a Bong Joon-ho. “The host” llamó la atención de numerosas distribuidoras tras convertirse en uno de los mayores éxitos de la taquilla coreana, con ingresos de unos sesenta y cinco millones de dólares. Su director demostró que la industria coreana es una de las más completas del mundo y que puede competir con cualquier otra, en igualdad de condiciones. FICHA TÉCNICADirección: Bong Joon-ho.País: Corea del Sur. Año: 2006.Duración: 119 min.Reparto: Song Kang-ho (Park Gang-du), Byun Heebong (Park Hee-bong), Park Hae-il (Park Nam-il), Bae Doo-na (Park Nam-joo), Ko Ah-sung (Park Hyun-seo), Lee Dong-ho (Se-ju), Lee Jaeeung (Se-jin). Guión: Bong Joon-ho, Hah Joon-won y Baek Chul-hyun; basado en un argumento de Bong Joonho. Sinopsis: Los habitantes de Seúl observan sorprendidos a un extraño ser que cuelga de un puente sobre el río Han. Es una monstruosa criatura mutante que, al despertar, devora a todo aquel que se cruza en su camino.

