AVANCE
‘No puedo leer, pero sí escuchar’
INVIDENTES APRENDEN INFORMÁTICA Y LOGRAN TENERINDEPENDENCIA EN EL USO DE LA TECNOLOGÍA GRACIAS A INICIATIVAS
Luego de tres meses de estar en contacto por Internet, Josefina, residente en Santo Domingo, se sorprendió cuando Ricardo, el joven cibaeño con quien “chatiaba” dos veces por semana, le dijo que era ciego. Parece increíble, pero los santiagueros con discapacidad visual pueden disfrutar de los recursos de la informática, navegar en Internet, trabajar con procesadores de textos, escuchar música, escanear libros y documentos, así como intercomunicarse con personas que sí pueden ver. “Siempre nos ha preocupado que las personas ciegas tengan mayores niveles de independencia y uno de los recursos para lograr esa independencia es el uso de la tecnología”, expresa Ángel Espinal, presidente ejecutivo de la Asociación de Ciegos del Cibao(Acicird). Esta institución sin fines de lucro, que trabaja en beneficio de las personas con discapacidad visual, posee una sala digital donde con la utilización de dispositivos especializados los ciegos pueden hacer en la computadora prácticamente todo lo que hace una persona que ve, por medio de lectores de pantalla audiovisuales. Para poner a disposición del público este servicio, la Acicird ha elaborado un programa de docencia que consiste en formar a los ciegos para que puedan tener acceso a la educación a través de la tecnología. Este proyecto abre las posibilidades de que esta clase sea insertada en el campo laboral usando la computadora, en lugares como call center (central de llamadas) y otras áreas que le puedan generar recursos. Yiany Abreu, para citar un ejemplo, trabaja en servicio al cliente vía telefónica de Coraasan. TecnologíaLa sala cuenta con siete computadoras cada una con sus bocinas y audífonos integrados, que son parte fundamental debido a que la función del software denominado JASW (Job Access With Speech, en español “Acceso al trabajo por medio del habla”) es leer lo que está en la pantalla para que el usuario lo escuche. Su finalidad es hacer que ordenadores personales que funcionan con Microsoft Windows sean más accesibles para personas con alguna minusvalía relacionada con la visión. Para conseguir este propósito, el JAWS convierte el contenido de la pantalla en sonido, así los ciegos pueden acceder o navegar por él sin necesidad de verlo. “Para nosotros es como escuchar radio”, comenta sonriente Enrique Medina, estudiante en la Acicird. “En vez de obtener la información a través de la vista la obtenemos a través del oído, sin utilizar el mouse, todo lo hacemos con el teclado, en especial flechas de direcciones”. La docencia fue iniciada el pasado mes con 30 estudiantes niños y adultos y ya hay personas que se inscribieron para ingresar en el próximo ciclo. En lo que va de este curso, los alumnos han aprendido a bajar y grabar música, redactar, leer libros e incluso a revisar facturas y documentos personales sin que nadie tenga que leérselos y saber la información. Para esto, se escanea el material impreso y es convertido en digital. Lo valioso de este proyecto es que para pertenecer al programa no se requiere de un aporte económico, sólo se necesita la voluntad de aprender y un mínimo nivel de alfabetización que, si la persona no lo tiene, la Acicird cuenta con otro proyecto de aprendizaje para educar y enseñar a manejar el teclado y sus letras. “Me anima cuando personas con discapacidad visual como yo, desean continuar. Yo perdí la vista hace sólo tres años y medio y, sin embargo, siento que le doy mucho mayor valor a mi vida, más que cuando podía ver”, testimonió Rafael Inoa. Desde finales de los ochenta ha habido un esfuerzo permanente por crear mecanismos para que invidentes tengan acceso a las tecnologías, pero los precios eran muy elevados por lo que al país se le dificultaba. Espinal cuenta que la sala digital es una oportunidad para que los ciegos puedan formarse y, aunque carezcan de recursos, tengan acceso a la informática. “Los primeros lectores de pantallas fueron adquiridos por una persona en Santo Domingo, quien a un precio elevado los presentó a otros ciegos. De ahí comenzó en otras instituciones hermanas un proceso de formación en las personas con discapacidad visual, idea que fue traída a Santiago para multiplicar el conocimiento”, relata. La primera sala digital fue apadrinada por el Indotel, luego la Acicird abrió esta sala en su propio local. MÁS DETALLES SOBRE LA ACICIRD La institución con sede en Santiago sobrepasa los 300 miembros ubicados no sólo en esta ciudad sino también en Bonao, Puerto Plata (donde hay una seccional), Nagua, entre otras.
Además de la sala digital, cuyos servicios serán ampliados, la institución desarrolla otros proyectos como la enseñanza del método Braille (sistema de lectura y escritura táctil), clases hasta el octavo curso de la escuela radiofónica de Radio Santa María, soporte a alumnos y alumnas del bachillerato, así como apoyo a los estudiantes universitario para gestionar libros y documentos a digitales.
“Hemos tenido el apoyo de instituciones públicas y privadas, a las que agradecemos ese gesto que si conocen los resultados verán que ha valido la pena y pueden seguir confiando en nosotros”, concluyó Espinal