TECNOLOGÍA
Un chat que dejó huellas en el país
EN OCASIÓN DEL QUINCE ANIVERSARIO DE LA LLEGADADE LA RED A RD, RECORDAMOS UNA DE SUS PRIMERAS APLICACIONES
Por la celebración del Día Internacional de las Telecomunicaciones, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) quiso aprovechar la coincidencia de que en este 2010 se celebran quince años de la primera conexión a Internet del país. Como era natural, a esta actividad, inspirada en las fiestas “de quinceañeras”, asistió gran parte del “quien es quien” de la Internet criolla, desde los primeros “fiebruses” hasta los recién llegados a este, a conmemorar este aniversario. Y claro, los recuerdos estuvieron a flor de piel, riéndonos de aquellos días cuando uno trataba de conseguir un módem que se conectara a 33.6 y que los 56Kbps eran “lo máximo”, o los períodos intermedios cuando la Internet Flash era una utopía que sólo conseguían quienes trabajaban en empresas con conexión permanente y a alta velocidad... ¡los años pasan, pesan y pisan! En lo particular, gran parte de quienes estuvimos conectados a Internet en esos primeros años tenemos un recuerdo en común, porque fue nuestro primer acceso a esa “aldeización” en que se convirtió el mundo gracias a la red. De pronto no era nada fuera de lo normal estar hablando con gente de otros países al mismo tiempo y sin gastar lo que costaba una llamada internacional. El chat había llegado para quedarse. Y en República Dominicana este respondía a un sistema particular: mIRC, siglas de Internet Relay Chat. Los dominicanos utilizabamos dos servidores principales para conectarse, DALnet y Undernet, según nos sacaban de uno o de otro. Una experiencia interesantes, recogida por Mite Nishio (quien fue reconocido por el Indotel como precursor de Internet en el país) en el portal de la iniciativa “Resources for an Open Community Knowledge” (ROCK, que en español se traduciría como Recursos para un Conocimiento Abierto de la Comunidad) es el de la consultora en reingeniería financiera Anell Hernández José, quien confiesa conservar todavia cables de teléfono rotos por su madre en las noches en que ella “interrumpía mi fiebre”, al levantar el teléfono y escuchar en lugar del tono de llamada “un sonido de extraterrestres” (a nuestros lectores menores de 25 años, ese era el sonido del módem conectado a Internet). Anell rememora lo complicado que era conectarse al Internet dial-up, refiriendo a que le hacía una “plegaria diaria” para que no durase más de una hora en conectarse “o que no me robaran mi clave”, un temor común entre muchos de los usuarios. con mIRC, agrega Hernández, se inicia el “boom” del uso de la Internet en República Dominicana. La herramenta el mIRC “enamoró” a la juventud con su manera “fácil y divertida” de crear lazos de amistad virtual por una plataforma de este tipo. El apogeo principal vino entre el 1997 y el 2000, siendo los principales sitios de encuentro para los nacidos en este lado del Caribe el canal #dominicanos, aunque hubo muchos más que se crearon. Para poder crear canales, se requería de una cuenta de correo electrónico que no fuese gratis... las cuales escaseaban para esos días. En mIRC, continúa Anell, “formamos una comunidad virtual de amigos apasionados por la tecnología”, que cada día incrementaba sus ojeras conociendo Internet. MÁS VIVENCIAS DE MIRC EN EL PAÍS Para Anell, los dominicanos, mientras “nadaban” entre servidores, canales y usuarios, fuimos dejando huellas. “No fueron una ni dos veces que el mismo servidor de la casa matriz sacó a todos los que teníamos IP dominicana, porque nos portábamos muy bien” (huele a sarcasmo), agrega.En esos días los usuarios se quejaban porque no les dejaban loguear al servidor, “pero a los días nos abrían el paso de nuevo”.¿Qué más sucedió en mIRC? Muchas cosas. Oportunidades laborales, reuniones presenciales para conocerse, conatos pleitos de poder por llegar a tener puntos de operador en un canal para tener más privilegios y derechos, intercambios de algo extraño que surgía llamado MP3.Esto fue repercutiendo en formar una gran comunidad en la cual nacieron los grandes webmasters, programadores, “y los que soñábamos con tener acceso abierto a información mundial”.