Día Mundial del Medioambiente
Huertos en casa: cultiva salud, ahorra dinero y cuida el planeta
Se recomienda iniciar con pocas especies —las más consumidas en casa— y aquellas que aporten alto valor nutricional.
- Hortalizas, legumbres, plantas aromáticas y, si el espacio lo permite, árboles frutales pueden formar parte del huerto.

El huerto familiar es una forma concreta de mejorar la seguridad alimentaria.
Cultivar alimentos en casa es más conocido como una práctica que se hacía años atrás en zonas rurales, sin embargo en la actualidad es una tendencia urbana, impulsada por el interés en llevar una vida más saludable, amigable con el medio ambiente y sustentable económicamente.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) explica en su página web que los huertos urbanos son una alternativa ecológica y eficiente a los cultivos tradicionales, llegando a producir hasta 20 kg anuales de alimentos por metro cuadrado.
Dentro de los múltiples beneficios de los huertos familiares destaca que estos contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional, disminuyen la dependencia de las compras del mercado y permiten disponer de productos, sin la contaminación de químicos.
Además, son un componente integral de la agricultura familiar y los sistemas alimentarios locales.
También, reducen la contaminación al evitar intermediarios, transporte y envasado, por lo que son más sostenibles; proporcionan alimentos frescos, crean áreas verdes y, por consiguiente, ayudan a mitigar el cambio climático.
Pero ¿cómo se inicia un huerto familiar sin experiencia previa? La FAO ofrece una guía clara y práctica para quienes deseen dar ese primer paso:
•Elige el lugar ideal
El primer paso es seleccionar un espacio cerca de la vivienda. Esto facilita el acceso diario para riego y mantenimiento. La FAO recomienda que el terreno tenga buena exposición solar, esté protegido del viento y cuente con acceso a agua. Si el suelo está inclinado, se deben aplicar técnicas de conservación como zanjas o barreras vegetales para evitar la erosión.
•Prepara el terreno
Antes de sembrar, es necesario limpiar el área de piedras, plásticos y otros residuos. Un suelo fértil es vital para el éxito del huerto, por lo que la FAO sugiere hacer pruebas caseras para verificar su calidad. La presencia de lombrices, por ejemplo, indica buena salud del terreno.
•Elige bien qué sembrar
No se trata de sembrar de todo, sino de hacerlo estratégicamente.

Es importante seleccionar con cual alimento iniciaras tu siembra.
Se recomienda iniciar con pocas especies —las más consumidas en casa— y aquellas que aporten alto valor nutricional. Hortalizas, legumbres, plantas aromáticas y, si el espacio lo permite, árboles frutales pueden formar parte del huerto.
La combinación de cultivos también ayuda a conservar la fertilidad del suelo.
•Planifica y distribuye el espacio
El diseño del huerto debe considerar la ubicación de cultivos permanentes y semipermanentes, dejando espacio para la rotación de plantas. También es importante respetar las distancias entre cada una, para evitar competencia por luz y nutrientes.
•Riego y uso eficiente del agua
La FAO recomienda regar en las primeras horas del día y evitar mojar directamente las hojas, ya que esto puede generar hongos.
En zonas donde el agua es limitada, es posible implementar sistemas de riego por goteo o utilizar especies que ayudan a retener la humedad en el suelo.
•Control natural de plagas
Un huerto sano no depende de pesticidas. Existen métodos naturales para controlar plagas, como el uso de plantas repelentes, trampas o insectos benéficos. La observación constante es fundamental para detectar a tiempo cualquier problema en este sentido.
•Involucra a toda la familia
Un huerto familiar es también una herramienta educativa y oportuna para estrechar lazos.
Involucrar a todos los miembros del hogar en su planificación y cuidado fortalece los vínculos familiares y crea conciencia sobre el valor del trabajo en equipo, la agricultura y la sostenibilidad.
La FAO destaca que estos espacios no solo aportan alimentos frescos, sino también bienestar emocional y un sentido renovado de conexión con la tierra.
La organización enfatiza que: “El huerto familiar es una forma concreta de mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y los ingresos de las familias rurales y urbanas”.
