Día de las madres

Mamá gracias a la tecnología médica

Esperanza. En la República Dominicana, la ciencia ofrece oportunidades a las mujeres para cumplir ese sueño profundamente anhelado. 

  • En esos casos, procedimientos médicos como la fertilización in vitro (FIV) o la inseminación artificial se transforman en un viento suave que susurra “todavía es posible”.
Inseminación artificial o Fertilización In Vitro, son algunas opciones que la tecnología ofrece para ayudar a las mujeres a cumplir su sueño de ser madres.

Inseminación artificial o Fertilización In Vitro, son algunas opciones que la tecnología ofrece para ayudar a las mujeres a cumplir su sueño de ser madres.Istock

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Bianca López 
​Nadelyn Franco Caro 
Especial para LD 

Para muchas mujeres, convertirse en madre puede darse de forma espontánea, como tierra fértil donde la vida brota casi sin esfuerzo. Para otras, la historia es diferente: se enfrentan a un terreno árido, donde la esperanza parece desvanecerse. En esos casos, procedimientos médicos como la fertilización in vitro (FIV) o la inseminación artificial se transforman en un viento suave que susurra “todavía es posible”.

En la República Dominicana, la ciencia ofrece oportunidades a las mujeres para cumplir ese sueño profundamente anhelado.

La doctora Paola Disla Gómez, ginecóloga especialista en medicina reproductiva del Centro de Endocrinología Ginecológica y Reproducción Humana (CERHES), asegura que “las técnicas de reproducción asistida en el país han dado pasos gigantes, los laboratorios cuentan con un recurso humano preparado en su área; dicha preparación se realiza fuera del país y con tecnología moderna que permite el uso correcto de las diferentes técnicas y la conservación de gametos o embriones”.

Agradecida con la tecnología

Son estos avances científicos los que le regalaron a Angely Castillo, ingeniera civil de 45 años, lo que considera la bendición más grande de su vida: ser madre de cuatro niños. Con un brillo especial en los ojos, habla sobre el papel de la tecnología médica en su historia: “Dios pone la sabiduría en manos del hombre para ayudarnos. La ciencia fue un instrumento para cumplir el deseo más grande de mi vida”.

Desde su adolescencia, Angely había enfrentado dificultades médicas como quistes en los ovarios, ciclos menstruales irregulares y prolactina alta. A los 29 años, luego de cuatro años de matrimonio, comenzó la búsqueda intencional de un bebé, pero, a pesar de los intentos, el embarazo no llegaba.

Se sometió a un tratamiento de pastillas durante seis meses para estimular la ovulación, mientras que su pareja pasó por una cirugía para mejorar la calidad de sus espermatozoides, pero no mejoró el panorama en el tiempo que esperaban.

A los 32 años, logró quedar embarazada gracias a la inseminación artificial. Este procedimiento, que forma parte de las técnicas de reproducción asistida, utiliza la tecnología para seleccionar en un laboratorio los espermatozoides con mejor movilidad y, tras preparar a la mujer, se introducen en el útero de forma controlada, para facilitar la fecundación.

Lo que Angely no imaginaba era la sorpresa que recibiría durante la primera sonografía: cuatro embriones latían en su interior. “Fue un proceso donde todo se fue dando según la voluntad de Dios. Quedé embarazada en el primer intento. Uno no sobrevivió, pero mis trillizos llegaron sanos y fuertes”, recuerda con añoranza.

Pero su historia no terminó ahí. Un año y seis meses después, cuando estaba adaptándose al ritmo de la maternidad múltiple, la vida le dio otra sorpresa: estaba embarazada otra vez y esta vez de forma natural.

“La cirugía de mi esposo finalmente funcionó, y mi cuerpo ya estaba preparado para un embarazo natural, como resultado del tratamiento hormonal que tuve para la inseminación”, cuenta al recordar con una mezcla de asombro y ternura. “¡No lo esperábamos, pero mi chiquitín -un varón- llegó para completar el cuarteto!”, relata.

Angely Castillo se siente agradecida de Dios  por darle la sabiduría y los medios a los doctores que les ayudaron a ella y a su esposo ser padres de sus hermosos hijos.

Angely Castillo se siente agradecida de Dios por darle la sabiduría y los medios a los doctores que les ayudaron a ella y a su esposo ser padres de sus hermosos hijos.Cortesía

“Nos ayudó mucho el apoyo de nuestros padres y hermanos, nunca nos dejaron solos. Fue una experiencia muy linda. Si me preguntan si lo repetiría, diría que sí sin pensarlo. Si pudiera, tendría otro”, asegura con convicción.

Así, la vida le regaló el equilibrio perfecto: dos niñas y dos niños que hoy llenan su vida de amor. Afirma que: “cada día es una nueva aventura, y aunque a veces todo parece caótico, miro a mis hijos y todo cobra sentido”.

Vive agradecida con la ciencia y con Dios. “Al convertirme en madre, experimenté un sentimiento de amor profundo e incondicional. Mis hijos son mi motor, mi orgullo, y por ellos vivo cada día”, confiesa.