SENDEROS
Simplifica, y aligerarás la carga
Se dice con prontitud “menos es más”. Y consecuente a esto decía José Ingenieros: “Los intereses creados”, sí, que es cierto, a medida que por el mundo transitamos nos cargamos de tantas cosas que les son inútiles al alma y ser para su crecimiento, y nos hipotecan con altos intereses. Sin darnos cuenta, caemos en el enfermizo síndrome de Diógenes. Acumulamos. Guardamos, retenemos. Y olvidamos que mientras menos se tiene, más libertad tenemos. No tenemos el fardo que nos hace el desmedido peso en la espalda y la conciencia, cuando con resentimiento, nos mantenemos esclavos al rencor.
Cuando, de forma egoísta, sin importar medios para conseguirlo dañamos al planeta, al entorno y al hermano. Cuando las pasiones con arraigo a los apegos, celos y deseos nos focalizan al sufrimiento, en desmedro a la unión familiar y confraternal con la sociedad, mundo y universo. Simplificar es dejar ir. Dejar atrás lo que con orgullo desmedido nos anula y no nos deja servir con humildad y amor. Simplificar es dejar la soberbia que discrimina clase, color, credo y raza. Simplificar es domesticar el atávico instinto de ira, que antagoniza con la paz, y lleva con guerras a la disolución de la hermandad de todos. Por tanto, simplificar es dejar de ser austeros con nosotros mismos, por culparnos por el error, que siempre será nuestro más idóneo maestro.