Paz en las fieras tormentas

“El Señor dormía, y se desató una fuerte tormenta. Los discípulos asustados despertaron al Maestro diciéndole: ‘Señor despierta, perecemos…’; contestándoles Jesús: ‘Tanto tiempo estoy con vosotros, y dudan del poder de Aquel que me envió’. Se levantó, y ordenó a los elementos a que cesaran en su furia…”. Hermosa motivación y lección de fe nos da Jesús en ese pasaje mesiánico. En este tiempo que nos toca vivir en un agitado y convulsionado mundo, pareciera que el Señor duerme y se ha olvidado de sus promesas para con todos nosotros y de aquellos que son arrastrados por las vorágines pasionales de la indiferencia en su pobreza, desnudez e injusticias. Pareciera que el Señor se olvidó y permite que a sus hijos se les mancille la vida por los prejuicios de raza, color, clase y dogmas. “Aquel que por seguirme pierde la vida, la ganará en la eternidad, por tanto, tened fe, en el mundo tendréis aflicción, mas confiad en mí, yo he vencido al mundo, y estoy con vosotros hasta el final de los tiempos, yo soy la paz real, y la dejo en sus vidas, apaciguando toda tormenta. Confiad en mí, yo soy el buen pastor, y vosotros mis tiernas ovejas de mi rebaño. Nunca lo olviden, yo los amo”. Palabras del Señor…