¿QUIÉN EDUCA AL PUEBLO?
El dios de la paz estara con ustedes
La carta de San Pablo a los Filipenses es preciosa y debemos tenerla en cuenta en nuestra vida de cristianos. El nos propone que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, las peticiones sean presentadas a Dios. “Y la paz de Dios que sobrepasa todo juicio, custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta. Y lo que aprendieron, recibieron, oyeron, vieron en Mí, pónganlo por obra. Y el Dios de la Paz estará con ustedes.”
Si fuéramos como nos dice Pablo, el mundo sería bien diferente. La relación entre los hermanos sería diferente, y sería la paz.
Y qué decir del Evangelio. Jesús se extraña de la fe tan grande de esa mujer cananea, que ni siquiera era judía, que insiste e insiste para que El Señor sane a su hija. Las respuestas del Señor parecen duras: “Solo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel”, sin embargo, ante tanta insistencia el cede y cura a la hija.
Así debemos de ser los cristianos. Nunca ceder nuestra oración ante nuestras peticiones. Seguir insistiendo. Que el Señor sabe cuándo nos conviene que El nos los conceda. A veces no sabemos lo que pedimos. Y si de verdad, nos conviene.
En el Salmo el hombre grita “Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.