“Tiempos duros requieren ángeles duros”

La madre de mi amiga la miró desde su lecho de muerte: “Mi hija, no te afa­nes tanto, no vale la pena”; a seguidas volvió a repetir: “no vale la pena”, “no va­le la pena”. Pocos días des­pués falleció.

Sin embargo, en este instante de lucidez resumió toda su vida, co­mo si pasada por un cola­dor quedara en residuos solo lo realmente impor­tante, y por supuesto que trabajar en exceso había sido anulado de las prio­ridades. Esta iluminación de la conciencia, nos suce­de muchas veces a lo largo de nuestro caminar por la tierra, solo que el ruido del mundo puede arrojar una manta para mantenernos alejados de la verdadera dicha y felicidad.

Se necesita un alto, como el que tenemos ahora para que la lucidez entre como un rayo en nuestras con­ciencias y podamos separar la paja del arroz y fraguar­nos una vida a la altura de nuestros sueños. El maes­tro Saint Germain, en su li­bro Alquimia dice “Tiempos duros requieren ángeles du­ros”, por lo que resistir es la clave, aunado con la inteli­gencia de discernir cómo queremos continuar antes de que lleguemos al último aliento de nuestra existen­cia.