¿QUIÉN EDUCA AL PUEBLO?
Domingo de la divina misericordia
El segundo domingo de Pascua celebramos el Domingo de la Divina Misericordia. El Señor sigue regalando gracias a todos. ¡Aleluya!
“Los cristianos vivían todos unidos y tenían todo en común. Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los Apóstoles, en la vida en común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón: eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando”.
El Salmo es el de la misericordia: “Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
San Pablo nos dice que por la Resurrección de Jesús, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que está reservada en el cielo.
Y en el Evangelio Jesús se les presenta a los ocho días: “Al anochecer de aquel día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en eso entró Jesús, se puso en medio, y les dijo: ‘Paz a ustedes’”.
¡El Señor Jesús ha resucitado! ¡Aleluya! ¡Amén!