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Uniéndonos bajo el lema de una sola raza

Aunque las personas tengan colores de piel distintos, la raza humana sigue siendo una sola. istock

Aunque las personas tengan colores de piel distintos, la raza humana sigue siendo una sola. istock

¿Qué te dice a ti mi color de piel? ¿Qué información, además de la apariencia y el contenido genético, puedes sacar de ello? ¿Puedes, por mi raza, saber si soy una mala o buena persona?

Las personas más malvadas de la historia han tenido diferentes razas, por lo tanto, no es algo que le pertenezca a una sola.

En el mundo moderno hemos observado muchas injusticias por la apariencia de las personas, por su credo, por su raza, por su cultura.

Este sigue siendo el punto de inflexión para iniciar un entendimiento multiétnico y cultural.

No todo es la apariencia

Por una portada no podemos juzgar un libro; muchos de ellos vienen en portadas diáfanas y sencillas y, sin embargo, su contenido es excelente. Lo mismo pasa con el ser humano.

Muchas personas que aparentan ser buenas resultan estar llenas de maldad, y otras que aparentan ser malas resultan ser aquellas que nos dan la mano desinteresadamente.

¿Por qué el ser humano no crece con su experiencia de muchos siglos? ¿Por qué sigue considerando que la superioridad viene de las apariencias?

Las grandes almas no necesitaron cuerpos esculturales ni físicos despampanantes. Gandhi fue un ejemplo, al igual que la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela y muchos más.

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