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Dos minutos

Cuatro historias para refl exionar

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Luis García DubusSanto Domingo, RD

1-El niño en la calle

-“Me pasó algo el mes pasado”, me dijo Raúl. “Estaba esperando que un semáforo cambiara a verde cuando vino un muchachito a “limpiar” el vidrio delantero de mi carro. Algo me hizo contener el impulso de prohibírselo, y mientras buscaba una moneda para darle, me pareció oír una voz que me decía: pregúntale cómo se llama”.

-“Le pregunté, continuó su relato Raúl, y en el mismo momento en que me contestó ‘me dice Jesusito’. Cambió el semáforo y arranqué.

2 - El consejero

-“El caso mío es distinto”, me contó Inés. “Estaba teniendo terribles problemas familiares, los cuales me tenían sumamente angustiada. Alguien me recomendó pedir ayuda a un sacerdote a quien no conocía. La intervención de ese sacerdote fue mi salvación.

3 - La cajita

-“Lo que me sucedió a mí, supongo que le habrá pasado a mucha gente”, me dijo por su parte Antonio. “Me encontraba por casualidad solo en una capilla, cuando tuve la fuerte sensación de que había alguien más allí. Fue algo extraño, realmente, porque después de unos minutos, por fin descubrí dónde estaba esa persona: estaba en esa cajita que llaman sagrario”.

4 - El interior

He relatado lo sucedido a tres personas, según sus propias palabras. Hay un caso más. Me lo contó, precisamente anoche, una dama a quien quiero y respeto mucho. Hélo aquí: “Me sentí menospreciada, incomprendida y hasta insultada.

En aquellos días el Señor estaba escondido bajo las apariencias de un hombre pobre hijo de un carpintero.

Era a ese simple hombre a quien Pedro había visto hasta ese día. El evangelio de hoy narra el momento en que Pedro descubrió que ese hombre era el Mesías, el Hijo de Dios... el Señor. Parece que al Señor le gusta jugar al escondido. Al igual que esconde su mensaje en parábolas, de modo que haya que hacer un esfuerzo para entender lo que significan, así se esconde él mismo, de modo que haya que hacer un esfuerzo para descubrirlo. El Señor estaba vivo entre los hombres en la época de Pedro, y hoy también. ¿Lo ha descubierto usted en algún sitio... en alguna persona?

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