Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

“Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe”

Avatar del Listín Diario
Maruchi R. de ElmúdesiSanto Domingo

Todas las lecturas de hoy son sobre la CONFIANZA. Y es que los que tenemos fe, debemos confiar en aquel que nos dijo: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor”. (Salmo 1, 1-4) Cuando yo confío en el Señor, viene a mi el cambio. Cambio de actitudes frente a la vida y a los hermanos.

En la profecía de Jeremías, vemos cómo el Señor maldice al que solamente confía en los hombres, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. “Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en Él su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde, en año de sequía no se inquieta, no deja de dar frutos.”

Y es que los que tenemos la confianza en el Señor no quedamos nunca defraudados. Y es por eso que estamos seguros de que el Señor ha resucitado.

Pues, si no, verdaderamente vana sería nuestra fe. El Señor vino a darnos vida y vida en abundancia. Nos dio su palabra de lo que iba a suceder. San Pablo nos dice hoy: “Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí, que Cristo murió por nuestros pecados según Las Escrituras y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según Las Escrituras, y que se le apareció a Cefas y más tarde a los doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después a Santiago; más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno se ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero, por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Vemos pues, que debemos trabajar nuestra fe. Y nada de esto es obra de los hombres, sino de Dios. En realidad, pienso que si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe no tendría el peso que tiene ahora. Jesús hubiera sido uno más de los profetas. Pero, doy testimonio de lo que el Señor ha hecho en mí, en mi vida. Hace ya muchos años estuve a punto de morir, por un accidente.

Muchos oraron por mí y después de estar varios días en cuidados intensivos, el Señor me despertó y comencé a ver la vida de otra manera. ¡Amén!

Tags relacionados