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DOS MINUTOS

¿Está siendo usted llamado?

Dice este evangelio que el Señor caminaba por la orilla de un lago, vio a unos pescadores que estaban echando una red en el lago, y los llamó.

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Luis García DubusSanto Domingo

El “3er. Domingo de Tiempo Ordinado. ¿Sabe usted la razón de que esté leyendo esta página en este momento? ¿Sabe qué lo motivó a empezar a leer? ¿Sabe por qué en ocasiones siente que tiene necesidad de algo o de alguien superior a usted, Alguien totalmente confiable... necesidad de Dios?

La respuesta a estas tres preguntas es la misma. Algo que le puede revelar una noticia sumamente importante acerca de usted. Esa “buena noticia” está en el evangelio de este domingo (Marcos 1,14-20).

Dice este evangelio que el Señor Jesucristo estaba caminando por la orilla de un lago, vio unos pescadores que estaban echando una red en el lago, y los llamó. Les dijo: “Vengan conmigo, y los haré pescadores de hombres” (Marcos 1,17).

Digo que esto es algo muy extraño, porque los rabinos de aquella época no escogían a sus discípulos: eran los discípulos quienes los escogían a ellos. Por otra parte resulta raro que un maestro que quiera formar un pequeño grupo de seguidores, escoja para ello a gente desconocida, sin preparación alguna en teología, y sin ningún merecimiento para ser elegidos. ¡Gente como usted y como yo! Es el único maestro en la historia de la humanidad que emplea este método tan singular.

La razón de que sus discípulos lo sigan no es que ellos lo escogieron como líder. Es al revés. No lo eligen ellos a Él, sino Él a ellos. Ellos no toman una decisión por iniciativa propia. Lo siguen porque Él “los llamó”. (Marcos 1,20).

Y él no los llama porque merecen ser llamados. La razón de la elección sólo Él la sabe: “llamó a los que quiso” (Marcos 3,13).

Hoy sigue sucediendo exactamente lo mismo. El Señor no ha cambiado su estilo. De modo que si usted muestra interés en leer cosas acerca de Él, si usted visita su casa, si usted lo necesita en su interior, aunque no lo diga, todo es por la misma razón.

La causa es que el Señor se fijó en usted, y está queriendo ser su Señor y su amigo.

Sí, amigo, la gran noticia de hoy es que Dios se ha fijado en usted. No hay duda de esto. Y eso significa que usted forma parte de su grupo, de su gente.

Y “con los que Él ha llamado,

Siguiendo su propósito, Él coopera en todo para su bien”.

(Romanos 8,28).

Esto es, nada más y nada menos, el fundamento del optimismo cristiano. De modo que alegrémonos y confiemos, porque:

“Si Dios está a favor nuestro,

¿quién podrá estar en contra?”

(Romanos 8,31).

Esta es la gran “buena noticia” de hoy. ¿Se atreve usted a creerla?

La pregunta de hoy ¿Cómo puedo saber si yo he sido llamado?

Un llamado de Dios es una experiencia personal e interna que puede producirse a cualquier edad, a través de una persona, de un incidente, o simplemente en el silencio de un momento de soledad.

Es la sensación de tener a Dios cerca, de estar acompañado y fortalecido, de no estar solo.

En resumen: un llamado es el privilegio de haber percibido el amor particular, incondicional y gratis que Dios le tiene a usted.

La respuesta libre de la persona que lo recibe es dejar entrar ese amor: dejarse amar, dejarse salvar.

A esto le han llamado “el acontecimiento de la gracia”.

Y le repito: si usted ha leído este pequeño mensaje, es señal de que Dios lo ha movido a hacerlo, y es prueba de que él se ha fijado en usted y desea regalarle todo el beneficio de su amistad y de su paternidad.

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