La parusía

Se preguntarán, que significa esta palabra? Pues el término parusía viene del idioma griego que literalmente significa: “presencia, llegada” , para la mayoría de los cristianos, es el acontecimiento esperado al final de la historia: la segunda venida de Cristo a la tierra. En la Biblia, este hecho se menciona en diversas ocasiones.

Y de este hecho se trata exactamente el Evangelio de hoy.

De que Cristo viene por segunda vez, todos los cristianos católicos, evangélicos, luteranos, bautistas etc. estamos convencidos. Lo único malo es que no sabemos cuándo. Es más, al mismo Cristo se le preguntó y dijo que nadie, ni los ángeles, ni Él mismo sabe de este día, sino solamente el Padre.

Como hubo tantos charlatanes durante la historia del mundo que dijeron que ellos si sabían, y todo resultaba en una farsa, como tenía que ser, no me preocupo para nada por este día. Por lo que sí me preocupo es por el último día de la vida mía. Ahí sí estoy tomando en serio las palabras de Cristo que nos dice : “Presten atención, no se dejen aturdir con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que aquel día no los sorprenda de repente”.

En mi cursillo #404 me enseñaron que para estar preparado para este día debo aprender a comunicarme con Dios, Piedad, conocerlo mejor, Estudio, y cómo trabajar en su viña, Acción, que para mí no era nada fácil, ya que era un total ignorante, un completo analfabeto en estos menesteres.

Gracias a Dios no andaba solo en este aprendizaje, recibí mucha ayuda de mis hermanos en el Señor, el mismo Hermano Mayor, Jesucristo, cumplió en mi su promesa: “Estaré con ustedes hasta el fin del mundo” que constantemente me envió socorro a través del Espíritu Santo cada vez que quería desviarme del camino.

Mi querido lector, cuando nos llega nuestra última hora, ¿tú vas a estar en este momento en su presencia, “permanecido en su amor” por el cumplimiento de la condición indicada por Él: “Si guardáis mis mandamientos permaneceréis en mi amor”? Pues a ti te dirá: “Venid, benditos de mi Padre”. Sin embargo si no resistes su presencia gloriosa porque estás separado de Él, si el solo recuerdo de Jesús te molesta, a ti te dirá: “Apártate de mí, maldito” Hermanos, cuándo llegará mi último día en esta tierra, tampoco lo sé, pero con la ayuda de Dios me encontrará preparado para entregarme a sus brazos abiertos.