El tiempo se acabó: a recorrer la milla extra

Tenemos más de veinticinco mil años aprendiendo todo lo que se puede vivir y aprender en este planeta, a través de diferentes vidas; vividas en todas las vertientes que el conocimiento humano puede desear saber y experimentar, en todos los niveles de energía, ya sea arriba o abajo, y en el nivel vibratorio de sus propios campos divinos de conocimiento con respecto a Dios. En este punto culminante para la Tierra y la humanidad, en este punto de la evolución espiritual con cambios tan trascendentales que van más allá de nuestra comprensión, del planeta y hasta del sistema solar, ya no importa si cree o no en todo lo que se anuncia que va a pasar. Ahora se trata de que las personas puedan elevarse en su grado vibratorio de conciencia divina. Elevar su corazón a la frecuencia del Cristo Divino. Esto ya no se trata de quien tiene la razón y de quien está equivocado, para los muchos que todavía pregonan que la Tierra no necesita un cambio en todos sus niveles. Se trata de servir con y desde el corazón, con amor, ayudar en verdad no solo de boca, cuidándonos de pregonar que estamos en la verdad y el otro está en la mentira. Aquí y ahora hay detrás de ti, sí en este momento que lees esto, seres divinos, ángeles, maestros y Lores divinos dispuestos a manifestarse para que tú puedas elevarte a la conciencia de tu propia divinidad. Nadie tiene exclusividad por mandato propio y nadie tiene poder para decidir si se va o no del planeta, solo Dios. Aquí hay gente que no sabe cómo, pero no deja que los que sí saben hagan el trabajo. Juzgar las apariencias no nos permite ver como la realidad se establece en orden divino, porque les quita el entendimiento de la comprensión de los hechos que se establecen previo a la manifestación del orden divino. Todo lo que no se manifiesta en este orden, cuando se haga el pedido o se quiera vivir en el canal de la divinidad, tiene que transformarse para que las frecuencias, ondas y vibraciones estén acordes con lo que quiere manifestar, la más alta condición de manifestación de Dios. No se trata de querer manifestar ese orden divino en una parte de sus vidas y en otras no, eso es caos. Todo está en orden divino y yo soy orden divino. Dios es continuidad perfecta, y yo parte de esa continuidad perfecta. Cuando pasan los reordenamientos en el nivel terreno y ustedes lo ven como algo que tenía que suceder para que el sistema pase a un mejor orden, están viviendo la continuidad; cuando se vuelve perfecto, cuando van al hecho y con sus oraciones y cambios vibracionales inciden y alteran los resultados del hecho, es ahí cuando se acoplan con lo divino y co-crean con lo manifestado. Son parte ahora del plan divino manifiesto, porque trabajaron desde adentro no desde afuera. Fueron al corazón a buscar la manera de manifestar ese yo divino. Hoy se trata de contar historias y traer recuerdos. Recuerdos que viven en varias realidades a la vez en diferentes estados de asistencia divina.